Con 400 aeronaves del modelo 737 MAX en stock, el fabricante de aviones Boeing ha decidido suspender a partir de enero la producción de la aeronave.
Luego de la detención de las aeronaves del modelo, Boeing decidió continuar con la fabricación del avión, pero informó que evaluaría los planes de producción en función del tiempo que está tomando su recertificación. Ahora, según reza la declaración de este gigante de la aviación civil y militar mundial, lo prudente es detener la producción.
En la presentación de Boeing se informa que la “prioridad principal es retornar al servicio de forma segura”. “Sabemos que el proceso de aprobación para el regreso al servicio del 737 MAX y la determinación de los requisitos de capacitación adecuados a implementarse, debe ser sólido para garantizar que nuestros reguladores, clientes y el público en general tengan confianza en las actualizaciones del 737 MAX”, afirma el comunicado de la empresa.
“… la FAA y las autoridades reguladoras globales son quienes determinan el cronograma para la certificación y el retorno al servicio …”
“Como hemos dicho anteriormente, la FAA y las autoridades reguladoras globales son quienes determinan el cronograma para la certificación y el retorno al servicio. Seguimos totalmente comprometidos apoyando este proceso. Es nuestro deber asegurarnos de que se cumplan todos los requisitos y se responda a todas las preguntas de nuestros reguladores”, agrega la declaración.
La compañía llegó a esta decisión al comprender que era la menos perjudicial para el sistema de producción a largo plazo y lo más sano para preservar la cadena de suministros.
La decisión se tomó ante la extensión de la certificación que podría llevar varios meses más.
Boeing se compromete, según lo expresa en su declaración, a brindar la información financiera relacionada con todo este proceso y a no suspender o despedir personal involucrado en la fabricación del avión.
La empresa expresó que eligió hacer esta declaración para que no se especule sobre la situación para no afectar innecesariamente a los clientes, proveedores y el mercado con prospectivas que podrían responder a un momento más que a un proceso complejo.
Breve análisis
La semana pasada el titular de la FAA, Steve Dickson, dijo en el programa de la cadena CNBC de los Estados Unidos, que en la certificación había “una serie de procesos e hitos que deben completarse” y que comprendía que el fabricante tuviera un plan proyectado, “pero nosotros dejamos en claro que el plan de Boeing no es el plan de la FAA”. Todo el reportaje fue insistente en materia de plazos, los periodistas preguntaron una y otra vez sobre las posibilidades que tenía el avión de volver a volar antes de febrero y Wickison respondió en cada oportunidad –incluso a otros medios– que los plazos serán lo que correspondan y que no veía un pronto regreso del avión al servicio.
La presión que todo este asunto tiene sobre las partes involucradas es muchísima. Las compañías necesitan el avión. Aerolíneas como Southwest está sufriendo pérdidas millonarias (a pesar de un reciente acuerdo con Boeing al respecto) por tener una cantidad importante de aviones paralizados; lo mismo ocurre con más de una decena de compañías que tienen la aeronave o la estaban por recibir. Por otra parte el tema está judicializado y politizado. Todo el sistema de Justicia norteamericano, incluyendo a la propia FBI, está detrás de una investigación por el proceso original de certificación de la aeronave y la metodología empleada por la gestión anterior de la FAA. Desde lo financiero, Boeing está en jaque, los costos imprevistos de este programa están afectando al fabricante y podría hacer tambalear su salud financiera a corto plazo.
La suspensión es también una señal de alarma. El comunicado de algún modo lo expresa al indicar que no se puede seguir adelante sin una certeza de plazos, pero por el otro lado, con todas las miradas puestas en el MAX la cautela casi muta a obsesión. ¿Habrá algo más grave que no ha salido a la luz? ¿Hay una sobredimensión del problema? ¿Está el proceso sobre opinado por la multiplicidad de agencias internacionales opinando?
El tiempo tendrá la última palabra, por eso Boeing ha tenido que plantearse un impasse en la fabricación del avión. Ojalá no sea demasiado prolongado.