Los trabajadores que integran la filial de LATAM, LAN Argentina, están al tanto de la situación global de las aerolíneas, las particulares dificultades que sufren en la región y el desgaste al que fue sometida la empresa que integran. Si bien sospechaban que un triste desenlace era inevitable, albergaron hasta último momento una esperanza que no fue.
Fabián Pérez, un comandante experimentado que integra la comisión directiva de la Unión de Pilotos Aviadores de LATAM (UPAL), concedió una entrevista telefónica a poco de conocida la decisión de la aerolínea de abandonar las operaciones en la Argentina. Con voz firme y respuestas claras e inmediatas, Pérez exhibe un conocimiento detallado de la historia de la empresa y, sobre todo, de los pormenores de las últimas semanas de negociación.
“… La mayoría de los pilotos afiliados a UPAL estuvimos de acuerdo con las decisiones que se tomaron …”
“Sabíamos que las cosas no venían bien. La empresa empezó a tener problemas de financiamiento. Todos conocemos cuán crítica es la situación de las aerolíneas en todo el mundo. Esa realidad hizo que cada empresa comenzara a buscar la forma de subsistir y en Latinoamérica pasó lo mismo. LATAM diseñó un programa para el holding con el objetivo de superar el momento. Se empezaron a reducir gastos de todo tipo, a restringir el pago a proveedores, se extendieron los plazos relacionados con las obligaciones de leasing y todo lo relacionado con los gastos fijos. Se apuntó también a una reducción temporal en los salarios. La propuesta fue que durante tres meses se pagaría el 50% del sueldo en todas las filiales respetando las regulaciones propias de cada país. La mayoría de los pilotos afiliados a UPAL estuvimos de acuerdo con las decisiones que se tomaron”, nos dice el comandante Pérez.
… cuando comenzaron las audiencias en el Ministerio de Trabajo no permitieron que nos sentáramos a la mesa de negociaciones …
“Somos un sindicato que no logró a tiempo la personería gremial, el tiempo para tramitarla nos fue insuficiente, los requerimientos que se exigen para lograr ese reconocimiento oficial son muchísimos, hay que tener en cuenta que nuestra organización nació el año pasado. Dada esa situación, cuando comenzaron las audiencias en el Ministerio de Trabajo no permitieron que nos sentáramos a la mesa de negociaciones, lo mismo le sucedió a la Unión Sindical de Trabajadores Aeronáuticos de la República Argentina (USTARA), que reúne a técnicos, despachantes y otros profesionales de LAN. Luego de tres meses de conversaciones entre el Frente Gremial Aeronáutico y la empresa se precipitó la situación que hoy nos toca vivir”, dice Pérez con resignación.
“LAN Argentina no puede entrar en el conocido Capítulo 11, de la Ley de Bancarrota de los Estados Unidos porque la ley local no reconoce esa posibilidad –continúa explicado el integrante de la Comisión Directiva de UPAL–. En todas las demás filiales sí pudieron, excepto Brasil que tiene su propia legislación y también otro grado de protección; a eso se sumó la intransigencia del Frente Gremial en la negociación y el resultado fue ir al procedimiento preventivo de crisis (PPC) que requiere de apoyo político. Buscamos ese apoyo pero no lo alcanzamos. El gobierno no mostró ninguna predisposición a ayudar. En ese punto ya no quedaba mucho por hacer, la suerte estaba echada”, asegura este piloto con 35 años de experiencia.
En julio terminaría el acuerdo de reducción de sueldos que firmaron unos 1100 empleados de la compañía, pero la situación cambió a partir de las últimas decisiones.
“Veremos cómo se irán desarrollando los acontecimientos en los próximos días. El titular de APLA nos acusa de ser un sindicato amarillo, no entendemos qué es eso, representamos a trabajadores que quieren una relación laboral distinta, que sea firme pero también moderna. APLA representa los intereses de Aerolíneas, sino que le pregunten a los trabajadores de Andes que hace un año que no cobran sin que nadie haga nada por ellos. La metodología que aplican ahoga a las compañías, esto es lo que nos pasó. Nosotros con LAN tenemos beneficios que Aerolíneas no tiene. Pero Aerolíneas y Austral cuentan con algo muy especial: la posibilidad de ser sostenida por el Estado”, afirma Pérez.
El piloto que volaba un Boeing 767, describe que las leyes laborales son obsoletas, que las últimas modificaciones datan de 1973, que es necesario modernizar la legislación y entender las necesidades de los trabajadores y la situación de las empresas en un mercado que se presentaba muy competitivo.
Todas las compañías del mundo han logrado acuerdos y se han ajustado. Nosotros no aceptamos cualquier cosa que se nos proponga, pero sabemos que tenemos que ir acompañando la situación para que la mayor cantidad posible de gente conserve su trabajo” …
“Lo que ocurrió es que llegamos a un agotamiento, la empresa consideró la devaluación, el gobierno actual, la posibilidad de default y la situación financiera del país, nuestra realidad no es muy atractiva para atraer o mantener inversiones. El resto de las filiales, donde se acepta el Capítulo 11 están avanzando y acomodándose, en el proceso se liberan fondos para cubrir gastos y costos de la empresa. La única filial que tiene un cese de actividades por tiempo indeterminado es la argentina. Todas las compañías del mundo han logrado acuerdos y se han ajustado. Nosotros no aceptamos cualquier cosa que se nos proponga, pero sabemos que tenemos que ir acompañando la situación para que la mayor cantidad posible de gente conserve su trabajo”, afirma el dirigente de UPAL.
En enero LAN había otorgado un incremento del 54% en los haberes del personal, Pérez asegura que el esfuerzo que hizo la compañía en un país que ya se veía difícil fue muy importante. “En aquel principio de año nosotros estuvimos de acuerdo, pero los otros gremios querían otras cosas. Los empleados de LAN siempre cobramos el último día hábil de cada mes a lo largo de 15 años. La puntualidad y condiciones de trabajo eran buenas. El Frente Gremial impedía cuestiones como el interchange (la posibilidad de que una aerolínea o incluso una alianza de aerolíneas intercambien aviones entre distintos países sin mayores gestiones burocráticas. LATAM trabaja así en Perú, país en el que pueden operar aviones con matrícula chilena. También se aprobó el intercambio recíproco con Brasil con tripulaciones de cualquiera de los países). Aerolíneas no quería que eso se aceptara aquí y ejerció presiones de todo tipo sobre la empresa”.
Nos damos cuenta que no queda mucho por decir y que tal vez las ganas de repetir una y otra vez la historia de una empresa que se va y de personas que se quedaron sin trabajo merman con cada entrevista. El reportero sabe que el proyecto LAN Argentina fue sostenido durante mucho tiempo contra viento y marea, o en medio de constantes frentes convectivos, para usar un término más aeronáutico. Finalmente sucedió lo que se temía: un día la empresa dijo basta.
No se sabe qué sucederá en el golpeado mercado aeronáutico mundial, pero LATAM ha terminado (¿suspendido?) la etapa argentina. Todos los empleados están muy conmovidos. Saben que el tiempo que se avecina será muy difícil.
Si, el problema, es que este señor, siempre estuvo en la búsqueda de puestos gerenciales y siempre brega por una recomposicion salarial por debajo de la inflación, además, los trabajadores de LATAM, negociaban un año atrasado, por lo que ya tenían una perdida de poder adquisitivo que se sumaba año a año, por otro lado el ITC no se encuentra reglamentado en Argentina y por fuera de la reglamentación vigente se le otorgó debido a prebendas del ex CEO de la compañia y el ministro Dietrich. Entre otras cosas más que omite el Sr comandante.