Marcha por el aeropuerto low cost
En la política argentina resulta imposible seguir construyendo sobre lo ya edificado, el desafío pareciera ser destruir lo precedente, borrar todo rastro de lo hecho por otros sin medir las consecuencias. Esto también es parte de lo que pasa en la aviación.
Mientras se escriben estas líneas, se realiza una marcha en el Aeropuerto Internacional El Palomar. Protagonizan la movilización los empleados de las low cost, del aeropuerto, vecinos y simpatizantes que se autoconvocaron para evitar la destrucción de 10.000 puestos de trabajo directos e indirectos como consecuencia de la clausura de un aeropuerto –el único en su clase en América Latina– que es sustento indispensable para el desarrollo del modelo low cost y ultra low cost que permitió viajar en todo el mundo a personas que antes no tenían acceso al avión. Lo que los trabajadores tratan de advertir es que con el cierre de la aeroestación se destruirá toda una concepción de negocios aeronáuticos.
La decisión podría ser por mera ignorancia, algo parecido a la horrible decisión de aquel religioso que durante la conquista, quemó una cortina con extraños nudos irregulares en el Palacio del Inca, sin saber que estaba destruyendo el sofisticado sistema binario de estadísticas de aquel imperio. Se podría aplicar aquí un oxímoron: el avance de la ignorancia siempre atrasa. Pero la cosa podría ser más grave, ya que casi todos sospechan que lo que sucede con El Palomar no es ignorancia, más bien una decisión meditada por quienes dictan las acciones para la aeronáutica argentina.
La lógica de la movilización pocas veces es razonable, pero en la política del país marchar es un recurso extremo cuando el poder ensaya decisiones sordas. Este es el caso.
En materia aerocomercial, lo de El Palomar no fue lo único que sucedió en los últimos días. Según las fuentes de Aeromarket los vuelos domésticos e internacionales no se abrirán en septiembre por algo más que la pandemia y la pérdida de reservas del Banco Central que se señalara en esta columna la semana pasada; lo que estaría quedando en evidencia es que las pérdidas de Aerolíneas Argentinas han caído tanto por la disminución de las operaciones que algunos funcionarios están reconsiderando opciones impensadas en medio de la escasez. No debe olvidarse que se discute la compra de 200 dólares mensuales por persona. ¿Se habrán calculado todos los flancos que presenta la estrategia de la aerolínea embanderada? A buen entendedor pocas palabras bastan, dice el refrán.
En un pasillo de ANAC circuló la versión de que no hay que abrir los vuelos hasta que Aerolíneas pueda volar. Complicado, de ser cierto el rumor, habría un riesgo muy concreto a no volar más. Los dólares se esfuman. Aunque sea de Perogrullo, el párrafo anterior y este se conectan, en otras palabras, las acciones y los dichos concordarían.
Hay más pasillos y rumores para este boletín: “Escuché que están esperando que se venza el Certificado de Explotador (N. de R.: el CESA) de Austral, lo cual no tengo idea de qué se trata …”. No podemos dar por cierta esta especie, ya que proviene de un joven de la oleada de nuevos que entró en la actual gestión. En fin, bendita sea la imprudencia novata.
Las especulaciones son muchas y ninguna es alentadora. La que más se ha corroborado es la que ya se publicó en varios medios: “nos dijeron en Aerolíneas que no vuelan hasta el 15 de noviembre”. La frase habría sido dicha por un dirigente futbolístico que hizo consultas para planificar cómo seguiría el campeonato trunco por la pandemia. Todo muy confuso y la incertidumbre hunde al país en toda consideración aeronáutica. Las aerolíneas ven cada vez más complicado volar a la Argentina.
La anécdota de la semana fue simplona: dicen que el motivo por el que en Flight Radar no se ven aviones amarillos volando sobre la Argentina es porque el gobierno no quiere aeronaves con los colores del PRO. Aunque no da ni para una sonrisa, que en las imágenes de FR no haya aviones amarillos volando en la geografía argentina sigue siendo una trágica realidad.
Se verá. ¡Aguante EPA!
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El BORA como acta de defunción
La aviación sigue con su contracción intencional. Con fecha 20 de agosto, el Boletín Oficial de la República Argentina, emitió una suerte de Acta de Defunción del aeródromo Elizalde (Resolución 81/2020), ubicado en el Barrio de Los Hornos, del partido de La Plata, en Buenos Aires. La importante fracción del predio (478.000 m2) fue cedida por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) a la Subsecretaria de Hábitat de la Comunidad, del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, dependiente del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Esta decisión, es la continuidad de una política que se inició en la “década ganada”, avanzó durante la administración Macri y se consuma hoy.
El espacio será destinado a la construcción de viviendas. El Acta de Defunción, bajo el formato de Resolución, aclara: “… que se prevé en ajuste a los lineamientos definidos en el Proyecto Urbanístico mencionado, avanzar con ulteriores cesiones de uso del remanente de la superficie que forma parte del AERÓDROMO ELIZALDE, conforme requerimientos que, a tales efectos, vayan realizando las autoridades provinciales con competencia en materia de instrumentación de dicho proyecto”.
La decisión de desafectación del inmueble de la jurisdicción de la ANAC es de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). Un organismo sobre el que el periodismo de investigación debería prestar más atención. La repartija de bienes sería grande.
El regreso de los proyectos políticos sobre aeródromos podría estar tomando nuevos bríos. La semana pasada informamos que parcelas del propio Aeropuerto de El Palomar estaban en plena cesión inmobiliaria. Por otro lado, no pocos intendentes tienen el ojo puesto en campos que les son apetecibles para propósitos diversos y sin relación con la aviación. Es cierto también que hay funcionarios que consideran vital que sus localidades tengan infraestructura aeronáutica, pero los hechos de las últimas semanas son los que aquí se expresan.
Hoy el telón cae sobre el Elizalde, otrora club de planeadores. ¿Quién seguirá?
Se verá.
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LATAM y Delta: ¿hay lugar para la Argentina post pandemia?
Si bien la ayuda del gobierno norteamericano a las aerolíneas restringía que estas utilizaran recursos para operaciones que no fueran las de sostenerse durante la crisis generada por el COVID-19, los directorios piensan la forma en que abordarán el futuro, dado queesa es su función. LATAM está en proceso de reordenamiento conforme al llamado Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota de los Estados Unidos, es decir, está trabajando para sobrevivir y eventualmente recomenzar lo más plenamente posible su actividad. Delta, dueña del 20% de LATAM, también piensa en el futuro. Hay quien especula que esa aerolínea norteamericana podría avanzar cuando sea oportuno y posible en la compra de un porcentaje mayor y decisivo de LATAM. Hoy por hoy todo esto parece ficción, sin embargo, quienes esbozan esta rara teoría, dicen que DELTA podría interesarse por las rutas de LAN Argentina. Todo se está pensando sobre la marcha ya que nadie tiene un plan concreto y mucho menos cerrado.
Aquí se dice que las comunicaciones entre sectores del gobierno argentino y LAN no estarían interrumpidas, más bien serían fluidas.
Hoy LAN Argentina estaría más ordenada y aunque el país no presente atractivos por su profunda crisis y falta de decisiones, en algún momento necesitará comunicarse por vía aérea, eso podría interesar a empresas con capacidad financiera.
Hay que reconocer que hay mucho de especulación respecto del futuro, pero todo es posible aunque las probabilidades sean muy bajas.
Se verá.
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Intendente protesta
El intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, protestó por la presencia de pequeñas aeronaves en el aeropuerto local. El funcionario consideró que la ANAC debería restringir los vuelos a cuestiones oficiales y sanitarias. No queda muy clara cuál es la posición del funcionario ya que por un lado se opone y por el otro contrata personas que llegan a la ciudad para difundir la ciudad turísticamente. En declaraciones al portal Bariloche 2000 el mandatario municipal dijo respecto de los visitantes permitidos: “Quizás hay que hacerlas (las llegadas y contrataciones) porque estamos muy frenados con el tema turístico pero no tenemos que olvidar lo promocional. Si un cocinero se filma cocinando en la Cordillera, es bueno”. Raro, promocionar lo que lamentablemente no está abierto al turismo no parece muy razonable.
Lamentablemente este gobierno de “científicos” en verdad no lo es, el Presidente solo ejecuta ordenes de la sra. Fernandez. Destruir todo lo que se pueda. Veamos el Presidente es abogado y profesor de facultad; no obstante actúa como si no supiera nada de leyes. Se contradice con lo dicho en el pasado y promueve leyes y DNU de muy dudosa legalidad. Prohibir el uso de El Palomar fuer un objetivo de la campora. No pudieron hacerlo durante su gobierno y ahora vuelven a la carga. Esperemos el pueblo reaccione y lo impida.