Ampaire ensaya motor eléctrico en un Cessna 337

Por el camino del avión híbrido.

El Cessna 337, Skymaster, con un motor eléctrico y otro convencional. Foto Altaire.

El CEO de Ampaire, Kevin Noertker, reveló la hoja de ruta de la compañía para avanzar hacia aeronaves totalmente eléctricas.

Según sus declaraciones, la compañía está trabajando intensamente en un bimotor Cessna 337 Skymaster al que se le ha reemplazando uno de sus motores de combustión por una planta propulsora eléctrica, obteniendo como resultado de esta innovación un avión híbrido que ya está en vuelo.

El motor eléctrico EEL, cuya certificación se espera para 2021 ha sido concebido para volar en grandes aviones y no se estaría lejos de ser probado en vuelos comerciales de la aerolínea Mokulele Airlines, de Hawaii.

Para Ampaire la forma más práctica de lograr un futuro completamente eléctrico es presentar al mercado aeronaves parcialmente eléctricas, es decir híbridas, siguiendo un plan pragmático que avance paso a paso pero que introduzca en el mercado aviones que combinen las dos tecnologías lo más rápido posible.

La innovadora empresa observa que otros programas que buscan desarrollar aviones eléctricos de diseño totalmente nuevos requieren de cientos de millones de dólares de ingeniería y demorarán una década o más para llegar a la certificación. Además, para la compañía esos programas adolecen de otros problemas, como ser la rápida evolución y mejora de las baterías eléctricas y la propia dinámica de la tecnología de motores. A eso se suma la falta de experiencia en motores eléctricos de los reguladores que controlan los procesos de fabricación antes de certificarlos.

Ampaire está demostrando actualmente la capacidad de reducir el consumo de combustible un 50 por ciento. Según la empresa el costo para modificar las aeronaves es relativamente bajo y manejable en comparación con un diseño totalmente nuevo.

La modificación del Cessna 337, el reconocido Cessna “chupisopla”, es el primer paso.

La modificación del Cessna 337, el reconocido Cessna “chupisopla”, es el primer paso. El siguiente sería una modificación híbrida de un avión de pasajeros o carga de nueve a 19 pasajeros. Eso es lo que se propone hacer la compañía a medida que las baterías y los propulsores se vayan desarrollando.

El modelo de negocios que están implementando permitirá, según estimaciones propias, generar un fuerte flujo de recursos gracias a los programas de actualización para aeronaves híbridas mientras se crece en experiencia en ingeniería y certificaciones lo cual incrementará la confianza de inversionistas, socios, operadores de aeronaves, y reguladores.

Según los ensayos, las conversiones con un motor eléctrico redujeron el consumo de combustible entre un 70 y 90 por ciento, mientras que los gastos de mantenimiento bajaron de un 20 a un 50 por ciento.

Según Noertker, Ampaire actualmente tiene pedidos de 50 EEL por valor de $70 millones, además ha celebrado contratos con la Fuerza Aérea de los EE. UU., la NASA y hasta habría recibido una inversión del fabricante de motores de aviación Continental.

El ejecutivo de Ampaire, señaló que se estima que hay “un mercado de 200 mil millones de dólares para aviones híbridos eléctricos”.

Ahora la compañía está enfocada para llevar su propuesta híbrida a modelos de aeronaves como el Cessna 208B Grand Caravan y Viking Twin Otter.

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