Aunque periódicamente se habla de poner en condiciones la pista y las instalaciones del aeródromo de Junín, provincia de Buenos Aires, las inversiones no llegan y la posibilidad de operar con aeronaves allí tampoco.
La pista de aterrizajes de Junín está clausurada desde hace cinco años y las posibilidades de que las aerolíneas low-cost presten servicios desde allí son ciertas, sólo que hace falta que un inversor o los distintos niveles del Estado inviertan unos 20 millones de pesos para que el estratégico aeródromo vuelva a la actividad productiva.
Durante la campaña política de 2015 se habló mucho sobre poner al aeródromo en valor, pero luego no se logró avanzar. En aquella oportunidad se dijo que hasta habría un inversor privado que podría explotar una potencial aeroestación, lo cual sin dudas resulta atractivo.
Según declaraciones de la diputada provincial por Cambiemos, Laura Ricchini, los legisladores se reunieron en su momento con el anterior jefe de la Dirección de Aeronáutica de la Provincia, quien le manifestó que por el momento no se podía hacer la inversión. Por eso, a partir de aquella respuesta, se comenzaron a buscar distintas alternativas como la inversión público-privada conforme a la ley que permite que un privado invierta, realice las obras y se beneficie con tiempo de explotación.
La opción de Junín es atractiva para las nuevas líneas low-cost ya que el mercado de la zona es atractivo.
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