Es bastante poco probable que el año que viene alcancemos el tráfico de 2019, pero en dos o tres años más ocurrirá, y de ahí, si Dios quiere, seguiremos creciendo.En enero de 2019 (último mes “normal”) Aerolíneas Argentinas, Austral, LAN-Argentina, Flyest y Norwegian tenían aviones basados en Aeroparque. Las dos primeras se fusionaron y permanecen, las dos siguientes desaparecieron y Norwegian fue vendida a JetSmart. Se agregaron después Flybondi y JetSmart, como consecuencia del cierre de El Palomar. En términos generales, podemos decir que hoy, después de la ampliación, la cantidad de aeronaves basadas allí es la misma que antes de la pandemia, aunque el tráfico es menor.
En este marco, hacer una ampliación de fondo en el Aeroparque fue una buena idea, y hacerla durante la pandemia, cuando la estación no se usaba fue mejor. La obra fue rápida, y hoy el Aeroparque está lejos de alcanzar lo que debería ser su tráfico de régimen.
Pero, sorpresivamente, cuando JetSmart pidió basar su quinto A-320 en dicha estación, recibió un no como respuesta, y de ahí en adelante comenzó la tradicional discusión burocrática. Hoy ese quinto avión opera en Aeroparque, pero pernocta en Ezeiza, generando graves molestias a los pasajeros y el operador.
Si Aeroparque, a meses de su ampliación, no puede albergar una nueva aeronave, es evidente que la ampliación fue inútil. Si se trata de algo que se solucionará en alguna etapa futura de la obra (hay varias planeadas), la ampliación estuvo muy mal planificada, y si es una maniobra de la ANAC, como tantas otras que hemos visto en los últimos tiempos, para marcar la cancha y beneficiar a la empresa estatal, estamos en problemas graves, porque conocemos la historia de persecución y hostigamiento que la autoridad aeronáutica del signo actual ha llevado adelante con LAN-Argentina primero y con las low cost después.
En estas páginas advertimos en mayo del año pasado que la autoridad aeronáutica estaba ubicándose en la posición de legislador, árbitro y ejecutor de una política aerocomercial que no inspira confianza.
La pandemia está aflojando. El tráfico se está recomponiendo y hoy se reparte entre Aerolíneas Argentinas y dos low cost. Los resultados muestran que, a pesar de las grandes diferencias de escala, éstas tienen la tercera parte del mercado con el 25% de los vuelos. Es una señal de alarma para la empresa estatal, y puede ser el presagio de una guerra muy sucia.
No sería la primera vez.
Totalmente de acuerdo con el análisis pero mientras la autoridad aeronautica «gestione» en relación a decisiones políticas o de los gremios y no técnicamente cada dia será peor para la aviación en argentina
La política aerocomercial está en manos de los gremios aeronauticos, en especial AAA y APLA.
Nada puede ser distinto a lo que es.