Informaciones recientes señalan que en los Estados Unidos se han reportado 241 denuncias de incidentes (cuasi colisiones) recientes con drones que, en algunos casos, han obligado a los pilotos a realizar maniobras evasivas para no impactar con ellos. La situación es más alarmante cuando se observa que en 90 de los casos denunciados los aviones son de transporte de más de 50 pasajeros.
Según se ha podido constatar en algunos incidentes, la distancia entre los drones y los aviones habría llegado a los 15 metros o menos. Hay que recordar que para la Federal Aviation Administration (FAA) una cuasi-colisión es cuando la distancia entre dos aviones (o en este caso avión y dron) es de menos de 150 metros.
Un informe de la Universidad de Bard analiza los documentos oficiales sobre 921 incidentes que se registraron entre diciembre de 2013 y septiembre de 2015 en los que se indica que en el 64,5{85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} de los casos reportados las tripulaciones pudieron ver drones en cercanías de sus aviones sin que éstos afectaran su vuelo, mientras que en las restantes situaciones fueron más riesgosas.
En el pasado se ha advertido sobre la regulación y los riesgos de los drones para la aviación tradicional, pero ahora la preocupación ha trascendido el ámbito aeronáutico para llamar la atención de los centros académicos que se están interesando en el estudio del fenómeno, en ese sentido, el informe de Bard es el primer análisis exhaustivo sobre avistamientos por investigadores que no pertenecen al sector de la aviación. Sus conclusiones probablemente ayudarán a entender mejor el problema, establecer el grado de amenaza que los drones podrían tener para a la aviación tradicional y sumar al debate sugerencias para que se aproveche la utilidad que presentan los drones sin que esto signifique un riesgo para la seguridad de bienes y personas en general y los aviones en particular.
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