Como es de dominio público, la presidenta Cristina F. de Kirchner dispuso la cancelación de vuelos internacionales de Aerolíneas Argentinas. El problema habría surgido por la “falta de colaboración ” de los trabajadores agremiados a la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico, un sindicato que lidera Ricardo Cirielli, ex funcionario de Néstor Kirchner.
El problema gremial de Aerolíneas Argentinas se encuentra en un in crescendo cuya inercia rompió el propio Gobierno hace varios años al darle gran participación a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) tanto en el manejo de Aerolíneas como en el desembarco en la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Puntualmente, el episodio de los últimos días tuvo como actores a APLA, que lideran Jorge Perez Tamayo y Pablo Biro, por un lado y Ricardo Cirielli (APTA) por otro, ambos –por lo que sabemos sin estar de acuerdo– operando contra Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas y Austral. APLA, es parte de la CGT.
Ricardo Cirielli, ha trabajado incansablemente desde su partida de la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial –donde fue protegido de Julio de Vido, Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios– en coptar a trabajadores agremiados a otros sindicatos, tales los casos de varios controladores de tránsito aéreo de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), de la Asociación Personal Aeronáutico (APA) y otros sindicatos. El viernes, varios controladores de tránsito aéreo (ex Fuerza Aérea), que responderían a Cirielli, comenzaron de dificultar la operación de las aeronaves lo cual habría llevado al propio Alejandro Granados a intervenir en Aeroparque, donde incluso no habría pasado un buen momento. Estos eventos desencadenaron finalmente la decisión presidencial.
La trama es compleja. Cirielli y su agrupación penden de un hilo, la personería gremial podría serle retirada en cualquier momento. En el sindicalismo, el líder de ATEPSA se habría alineado con Luis Barrionuevo y, dentro del “peronismo” con Eduardo Duhalde en su situación no es cómoda y habría optado por “hacerse notar”. Todo muy intrincado y de difícil pronóstico.
Por su parte, Omar Torres, titular de ATEPSA (CGT), habría enviado una carta a la doctora Kirchner para informarla que su gremio no está detrás de la maniobra y que acata la “conciliación obligatoria” dictada por Trabajo, por lo que el lunes se reunirá con el ministro del área, más allá de no estar impulsando medidas de fuerza o acciones de “quite de colaboración”. EL gremio de Torres, estaría mostrando predisposición para que el Gobierno trace su propio mapa en el conflicto.
En un momento, el Gobierno pensó en militarizar el control de tránsito, pero la opción tenía aristas políticas que podrían potenciar conflictos. Por ahora la medida está en estudio.
Desde Aeromarket seguiremos de cerca la evolución de la actual coyuntura.