Ronald Reagan tenía la capacidad de explicar fenómenos complejos en un par de líneas. En un discurso dijo esto:
“La visión del gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo”.
Una primera reflexión sobre la cita nos permitirá comprender que tiene una particular vigencia para la Argentina de hoy cuando un banquero-diputado, cuyo banco cooperativo no paga ganancias, está diseñando un nuevo impuesto. Lo curioso de nuestro país es que la maraña de regulaciones, exacciones y subsidios entrecruzados, sucesivos y alternantes, se suceden simultáneamente todo el tiempo. Algunos políticos son proactivos e incansables en materia de recaudación.
La aviación, si la autoridad aeronáutica no intercede para explicarla intramuros del Gobierno, sufrirá de nuevo cargas impagables. La actividad siempre ha sido considerada cosa de ricos, un lujo y la posesión de un avión equiparada con la de yates y bienes suntuarios.
La aviación, si la autoridad aeronáutica no intercede para explicarla intramuros del Gobierno, sufrirá de nuevo cargas impagables. La actividad siempre ha sido considerada cosa de ricos, un lujo y la posesión de un avión equiparada con la de yates y bienes suntuarios. Se ha calculado que el impuesto no rendiría la recaudación esperada (la aviación no mueve el amperímetro recaudatorio). Lo saben sus autores, pero lo que buscan es que la tribuna popular grite ¡GOOOOL!, aunque la pobreza interminable de los hinchas no les permita presenciar el próximo partido.
“Combatiendo al capital” también resume en tres palabras toda una forma de concebir la sociedad a la vez que explica la miseria actual y profetiza la venidera. Claro que el poeta popular escribió la estrofa en tiempos en que escamotear la moneda fuerte no dependía de un simple “click ” en un celular. Anacronismos persistentes.
El impuesto a la riqueza no se piensa en un tiempo de pujanza, ni siquiera en medio de una recesión que como la que precedió al COVID-19, se pergeña en un shut-down casi total que segundo a segundo destruye recursos, que es lo mismo que destruir el futuro y la salud de pasado mañana en adelante. Un “parate” que incluye a la aviación general que estaba en caída libre, enmarañada en la burocracia de funcionarios que no funcionan ni arrancan (ojo los hay muy buenos pero no los dejan hacer) y sin que se sepa cuándo se flexibilizarán las operaciones que claramente se podrían empezar a liberar.
En medio de todo estalla el Tinelligate y se “opera” contra la administradora por un vuelo que sí habría tenido ribetes sanitarios y que no puso en peligro a nadie. Pero, como “ley pareja no es rigurosa”, saltan chispas por todos lados. Las internas se ponen al rojo vivo. El “recaldismo” a cargo de casi toda la aviación civil, asimila el golpe por otra grossa interna, la del fútbol, pero la pelea se la buscan ellos mismos. Sería mejor que Paola Tamburelli pudiera trabajar sin presiones y escoger colaboradores directos competentes. Y, mientras tanto, que ponga la aviación general en funcionamiento para que al menos salve la ropa, ya que en la etapa que viene puede ser imprescindible. Es fundamental analizar el sector para darse cuenta que por ejemplo los aeroclubes, liderados por FADA, se han preparado desde hace semanas para ayudar, y no son los únicos, la aviación agrícola está mete y ponga protegiendo los alimentos ¡el último recurso!
Ayer, se concretó la reunión virtual entre las entidades de la aviación de transporte, las aerolíneas, entes estatales y la ANAC, el resultado, según comentaron algunos participantes, fue decepcionante. Fue una videoconferencia para conocerse los rostros, una reunión para preparar otra reunión en otro momento y a otro nivel. Muchos de los participantes habían alcanzado a la autoridad datos y pedidos concretos hace tiempo, nada de eso fue parte del teleconvite. Oportunidad perdida ante quiebras inminentes. El sueño de una única aerolínea financiada por todos, todas y todes estaría al alcance de la mano. Pero nadie debería hacerse ilusiones, no habrá recursos para ese sueño.
No todas son pálidas. La ANAC aceptó un nuevo procedimiento para la presentación de planes de vuelo, así lo comunica la AIC A-16/20. Ahora se puede presentar el formulario por fax, teléfono o correo electrónico, será durante la contingencia sanitaria por el COVID-19 y para todos los vuelos involucrados en ese marco (véase AIC A 05/20, A 12/20 y A 14/20). Esta es una buena decisión en la que trabajó mucho EANA. Ojalá que esto se sostenga cuando todo vuelva a la normalidad y pase a ser permanente; la experiencia podría ser muy enriquecedora para dar pasos tecnológicos, estandarizar el procedimiento e incluso diseñar una aplicación (app) al efecto. Hay mucho por hacer en este terreno para facilitar el vuelo, ahora hay abundante tiempo para pensar porque se atienden muy pocas cosas.
Esperemos que la racionalidad se viralice y la semana que viene tengamos mejores cosas que informar y analizar.
Veremos.