La decisión de Emirates de reducir los pedidos de A380 implica más que nada un cambio de órdenes para el fabricante, ya que la aerolínea ha decidido continuar con su crecimiento con aviones más flexibles y adecuados para su estrategia comercial como los A330-900 y 30 aviones A350- 900, modelos de los que habría comprado 40 aviones en total.
“El A380 es el buque insignia de Emirates y ha contribuido al éxito de la aerolínea durante más de diez años. A pesar de que lamentamos la postura de la aerolínea, la elección del A330neo y del A350 para su crecimiento futuro supone un respaldo muy importante para nuestra muy competitiva familia de aviones de cabina ancha”, declaró Guillaume Faury, presidente de Airbus Commercial Aircraft y futuro CEO de Airbus.
Ahora el fabricante tiene muchos problemas que resolver en materia de producción y cumplimiento de entregas a tiempo, a la vez que resolver el destino de más de 3.000 trabajadores que estaban afectados al programa A380 cuya producción se ha cancelado recientemente. Una parte de esta fuerza laboral está radicada en España, lo cual implicará un dolor de cabeza político para la Unión Europea.