Qantas realizó el primer vuelo entre Estados Unidos y Australia con biocombustible, fue en un Boeing 787-9 que despegó de Los Ángeles y aterrizó en Melbourne.
La aerolínea australiana utilizó biocombustible obtenido a partir de mostaza de Abisinia o etíope, que tiene la particularidad que sus hojas y tallos de esta planta son comestibles, las semillas contienen altos niveles de algunos productos tóxicos por lo que no se suelen usar para la alimentación humana, si bien se pueden usar para el alimento de ganado y aves de corral. De ellas se extrae el aceite para el biocombustible de aviación. Tallos y hojas también se usan para la generación de biomasa para biocombustibles de otros tipos. Esta planta crece en terrenos no aptos para plantas de alimento, o se usa para rotar tipos de plantas para mejorar la calidad del suelo, por lo que no supone la sustitución de tierras útiles para la alimentación.
El vuelo duró unas 15 horas y se usaron unos 24.000 kg de combustible, de los que el 10 por ciento es biocombustible procesado por la empresa canadiense Agrisoma Biosciences. Esta mezcla supondrá que se habrá 18.000 kg menos de emisiones de carbono, un 7 por ciento menos que en un vuelo en el que se emplee sólo keroseno.
Ya en 2012 Qantas realizó un vuelo entre Sydney y Adelaida con un Airbus A330 usando biocombustible obtenido a partir de aceite de cocinar mezclado al 50 por ciento con keroseno y el 29 de octubre de ese mismo año la National Research Council de Canadá realizó un vuelo de prueba con uno de sus Dassault Falcon 20 usando exclusivamente biocombustible, el primero del mundo de este tipo. Dicho biocombustible fue sintetizado por Agrisoma a partir de la misma planta usada por Qantas.
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