La mayoría de las empresas aeronáuticas aseguran que la falta de pilotos continúa afectando sus operaciones. El problema es global y por el momento parece que la demanda es suficientemente mayor a la oferta de aviadores, sobre todo de aquellos que cuentan con experiencia. En ese sentido, la falta para cubrir puestos de comandantes es la que más estresa a la industria.
Las causas del faltante de pilotos son varias. Muchos aviadores que se formaron hace décadas están alcanzando la edad de jubilación (normalmente entre 60 y 67 años). En los países con una aviación desarrollada hay pocos jóvenes preparados para reemplazar a quienes están saliendo del sistema por edad. También la ecuación jóvenes-experiencia demuestra que a veces la escasez se presenta no en la lisa y llana falta de pilotos, sino en aquellos que suman una experiencia suficiente para asumir la máxima responsabilidad en los cockpits de las aerolíneas.
La inversión para ser pilotos y acumular experiencia es alta. Se estima que, para lograr un piloto preparado para prestar servicios en una línea aérea o la aviación corporativa, se debe invertir entre 70.000 y 150.000 dólares, dependiendo del país y el puesto que se quiera cubrir.
Actualmente, la mayor demanda de pilotos está en los mercados aeronáuticos del Asia-Pacífico y Oriente Medio, aunque la presión de esos mercados impacta en las demás regiones al generarse una migración de profesionales hacia los lugares en donde hay mejores condiciones de trabajo.
También existen cambios culturales o generacionales. Aunque hay jóvenes que siguen la carrera de piloto, existe una ponderación realista de los sacrificios que exige la profesión. Por ejemplo, las largas horas de vuelo, los turnos nocturnos y los extensos tiempos fuera de casa, entre otras exigencias, no sólo han hecho que muchos jóvenes no se sientan atraídos por la profesión, sino que han provocado que algunos pilotos formados busquen opciones laborales con horarios más predecibles y menos demandantes, lo cual se observa como un círculo vicioso que desalienta el ingreso de profesionales para reemplazar a quienes se retiran.
Impactos en la industria
Las aerolíneas que no logran incorporar suficientes pilotos o mantener los que tienen, muchas veces se ven obligadas a reducir su programación de vuelos, cancelar servicios o experimentar retrasos importantes en sus prestaciones, lo que a su turno genera desconfianza en los clientes, incrementan los costos operativos y hasta generan multas y penalizaciones de las autoridades aeronáuticas por incumplimientos.
La respuesta para recomponer sus planteles profesionales no suele tener alternativas a las curvas de oferta y demanda, por lo que los empleadores aeronáuticos tienen que mejorar las condiciones de trabajo, lo que significa pagar salarios más altos, otorgar descansos y programaciones más relajadas y establecer planes de retiros más atractivos. En ese sentido, en las últimas negociaciones de las aerolíneas de los Estados Unidos de Norte América con los gremios se han acordado condiciones laborales impensadas hace un puñado de años. Los ejemplos de United Airlines, Delta Air Lines y American Airlines son elocuentes en esta materia.
En ciertos mercados, las condiciones de contratación están cambiando y los contratos para que los pilotos amorticen la inversión que los empleadores hacen en ellos en términos de capacitación constante se han morigerado, por lo que las empresas corren el riesgo de que los profesionales más formados renuncien al ser atraídos por las mejores condiciones de trabajo que les ofrece la competencia. En ese sentido, el mercado funciona muy bien, ya que se ha generado una puja de empresas por personal calificado, lo cual lleva a que cada una encuentre el precio justo para retener el capital humano.
Políticas empresariales para formar pilotos
Desde antes de la pandemia, algunas empresas ofrecen becas, préstamos a bajo interés o incluso formación gratuita como incentivo para atraer jóvenes a la carrera de pilotos. En esos casos, la condición es que los nuevos empleados asuman compromisos laborales de mediano o largo plazo.
Por otro lado, el sector aerocomercial está reclamando para que las autoridades aeronáuticas prolonguen la vida útil de los pilotos, ya que en muchos casos, los aviadores tienen una vida útil profesional más extensa que en el pasado. En algunos países la edad de retiro se ha extendido entre 1 y 2 años, pero muchos dicen que más pronto que tarde se sumarán años para que los pilotos que así lo deseen sigan volando.
En contra de este paliativo que implica la extensión de la edad de retiro de los pilotos, están los sindicatos, ya que creen que el aumento de la edad jubilatoria lleve a una baja en el precio de los servicios, es decir, los salarios que se pagan. Entre los argumentos gremiales no faltan las razones de seguridad. Sin embargo, no hay dudas de que la calidad de vida de las personas ha experimentado cambios muy positivos para que los profesionales aeronáuticos sigan en el sistema productivo más tiempo que en el pasado.
Otra de las estrategias que se están implementando y requieren del visto bueno de las autoridades regulatorias, está la de una formación rápida de pilotos. En esa línea no sólo trabajan las aerolíneas y compañías que proveen servicios aeronáuticos, sino los fabricantes de aeronaves, ya que la falta de pilotos afecta la renovación de flotas. Si bien hoy se registra una seria complicación en la producción de aeronaves por dificultades en la producción de partes e insumos como consecuencia de los conflictos armados y otras variables externas a la aviación, la provisión de personal aeronáutico está en la agenda de toda la industria, incluyendo a fabricantes importantes como Boeing y Airbus.
La tecnología tal vez sea la gran esperanza de las empresas. Las compañías trabajan denodadamente para reducir las tripulaciones. Aunque el avance de la inteligencia artificial es fenomenal, se estima que la posibilidad de volar con un solo piloto en el transporte regular de pasajeros se demorará un largo tiempo. No obstante, los avances en la simplificación y automatización del vuelo son cada vez más asombrosos. En los últimos años, la carga de trabajo en los cockpits se ha reducido enormemente, lo cual hace que el vuelo no sólo sea más seguro, sino que los pilotos sufran menos estrés que en el pasado.
Proyecciones
La demanda de pilotos continuará creciendo en las próximas décadas, especialmente en regiones emergentes. Boeing proyecta que se necesitará satisfacer una demanda de más de 600.000 pilotos nuevos en los próximos 20 años. Según Boeing, para cubrir esos puestos será esencial que la industria siga invirtiendo en programas de formación, mejore las condiciones laborales y avance en la investigación tecnológica para hacer que el vuelo sea más sencillo en vistas de la reducción de pilotos en los cockpits.
ATENTO QUE LOS CURSOS DE PILOTOS SON CAROS EN EL PAÍS, EL ESTADO DEBE FACILITAR PRÉSTAMOS A LOS ALUMNOS… ES NECESARIOTENER PILOTOS JÓVENES ANTE LA DEMANDA CRECIENTE QUE SE AVECINA…