Sucedió el 23 de enero, pero todo estuvo guardado bajo siete llaves por razones más que válidas. La noticia –no primicia– que no puede soslayarse por su relevancia, es que Aeroatelier fue anfitriona de 24 aerodeportistas del más alto nivel mundial que, convocados por Red Bull, viajaron desde diferentes países hacia la ciudad de La Cumbre, provincia de Córdoba, para vivir el “Aerial Performance Camp – Argentina 2022”.
Aeroatelier, un polo aerodeportivo multidisciplinario único en el planeta, con toda la tecnología e infraestructura necesaria para la práctica de toda clase de aerodeportes de alta profesionalidad y seguridad, fue el lugar perfecto para que, entre el 23 y 30 de enero, justo en el décimo aniversario de este formidable centro, se llevara adelante una compleja operación aérea. Este entrenamiento de altísima calidad se pudo realizar gracias a una flotilla de aeronaves (Cessna Grand Caravan, helicópero, etcétera) que posibilitaron 682 saltos de paracaidistas, 40 con parapente D-Bag, vuelos de parapente X-Country y Alas delta (desde Cuchi Corral) y experiencias de vuelo acrobáticas de un Extra 300, además de vuelos de formación y rutinas de sincro, entre otras actividades.
Para que un evento deportivo de estas características lograra un resultado de tanta excelencia como el logrado, trabajaron más de 60 profesionales entre el staff, pilotos, fotógrafos, editores, periodistas, colaboradores y proveedores, que conformaron un equipo cohesionado y sincronizado al segundo que permitía percibir una cohesión de jerarquía internacional.
Andy Hediger, el visionario creador de Aeroatelier y máximo responsable del encuento, lo describe en una frase: “ha sido una obra de arte imposible de replicar”. Seguramente lo dice porque tener en La Cumbre equipos de tan alta competencia y una tecnología jamás vista en los cielos de estas latitudes y medios para monitorear esta cantidad de disciplinas aéreas en simultáneo, constituye un acontecimiento difícil de reproducir.
Por eso, como también dice Hediger, “lo acontecido es un verdadero capital por los entrenamientos aéreos logrados que sin duda repercutirán en el futuro de los deportistas que quieran asumir desafíos y proyectos inspiradores de entusiastas de todo el mundo”.
Sin dudas este fue un gran momento para la aviación argentina, de la región y el mundo que, como no podía ser de otra forma, fue coordinado por una empresa privada de primer nivel.