Dado que no hay un nuevo abordaje al problema del cambio climático, todo sigue pensado desde la certeza de que los gases de efecto invernadero y su control son la solución o mitigación del fenómeno. Es con esa perspectiva que cada día más voces se levantan para reconocer que las metas que se han impuesto no serán alcanzadas sin que medien esfuerzos e intervenciones casi heróicos.
“Es una crisis existencial: cómo abordar la sostenibilidad y al mismo tiempo buscar el crecimiento en la industria de la aviación», admitió Willie Walsh, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés), durante la reunión a la que convocó la entidad la semana pasada, en Miami, para evaluar el estado de situación del sector de cara al cercano año 2050.
La reunión atrajo a un conjunto de líderes que en un 30 % provenían de las aerolíneas de todo el mundo, y en un 70 % a representantes de empresas energéticas, de tecnologías emergentes, reguladores, organizaciones no gubernamentales, empresas de turismo, sectores de la academia y hasta del agrícola.
American Airlines, empresa anfitriona por localía, tuvo al director ejecutivo, Robert Isom, como orador en el discurso inaugural en que presentó los desafíos para 2050, año pactado como el de la eliminación de las emisiones. En su discurso, el CEO de American puso blanco sobre negro al plantear que el alto coste de la transición energética de la aviación está demostrando que la industria está muy lejos de alcanzar sus objetivos climáticos que se han planteado.
Isom describió el camino que está transitando la propia American para reducir las emisiones, al mencionar las inversiones realizadas en Zeroavia, para avanzar en el desarrollo de aviones propulsados por hidrógeno; además de destacar el acuerdo de la compañía y el productor de eSAF Infinium, que también involucra a Citibank, como un nuevo tipo de asociación que congrega a una aerolínea y un productor de SAF con una institución financiera que busca reducir sus emisiones de Alcance 3 de los viajes de negocios. En su alocución, el ejecutivo dijo que American también colabora con la ciencia, junto a Breakthrough Energy Ventures y Google para sumar voluntades a la investigación ante el desafío. Al respecto, el ejecutivo dijo que las pruebas iniciales en sus aviones proporcionarán datos del mundo real para estudiar la reducción del impacto de las estelas de condensación de las aerolíneas en la atmósfera.
Más allá de los esfuerzos realizados, el panel que integraban Robert Isom; Enrique Beltranena, CEO de Volaris; Carolina Martinoli, CEO and Chair de Vueling y Willie Walsh, director general, IATA, sostuvieron que el SAF continúa siendo más caro que el combustible convencional para aviones, pero admitieron que es esencial para lograr cero emisiones netas, ya que se puede utilizar en aeronaves que, sin duda, volarán en 2050. Sin embargo, alertaron que las aerolíneas no están generando los márgenes de beneficio necesarios para seguir haciendo enormes inversiones en SAF y otras tecnologías sostenibles y a la vez, mantener las tarifas actuales sin recibir ayuda.
Carolina Martinoli, por su parte, se quejó de que el sistema de mandatos de Europa brindaba poco apoyo para expandir la industria de SAF en la región, ya que la disponibilidad limitada de la oferta significaba que los precios eran demasiado altos. El CEO de Volaris, Enrique Beltranena, advirtió que América Latina estaba muy por detrás de Estados Unidos y Europa en cuanto a tener políticas bien definidas para promover el desarrollo de SAF. “SAF es la solución, pero el 80 % de la producción actual está sólo en Estados Unidos y Europa”, dijo, para agregar que lo alcanzado en los países centrales es debido a las regulaciones gubernamentales de apoyo. Según Walsh, el problema es de oferta, no de demanda, por lo que el papel del gobierno es fundamental para ayudar a desarrollar la industria naciente. En pocas palabras, lo mismo de siempre, será el dinero del contribuyente el que deberá financiar la producción y parte del precio de los combustibles SAF.
La importancia de la innovación tecnológica
Un aspecto central del mensaje de Isom fue la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías que permitan a las aerolíneas reducir drásticamente su huella de carbono. La innovación tecnológica es fundamental para descubrir nuevas formas de operar que no dependan del uso intensivo de combustibles fósiles. El desarrollo de motores más eficientes, aviones eléctricos y combustibles de aviación sostenible (SAF) son algunas de las áreas claves que requieren inversión y apoyo por parte de gobiernos e instituciones privadas.
Isom subrayó que, aunque el costo de implementar SAF es considerable, es una inversión necesaria para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la aviación. El CEO de American hizo un llamado a los gobiernos para que inviertan en tecnologías de control de tránsito aéreo más eficientes, lo cual permitiría que los aviones consumieran menos combustible al reducir las congestiones aéreas. Además, alentó a que las políticas públicas incentiven la producción de SAF y otras tecnologías verdes.
“Cuando pienso en lo que la aviación ha logrado en seguridad e incluso en sostenibilidad financiera dadas las crisis que ha atravesado la industria, siento confianza en que lograremos cero emisiones netas», dijo Enrique Beltranena, CEO de Volaris. “Somos la forma más segura de viajar, y creo que también seremos la forma más limpia», coincidió Isom.
El panorama no luce a futuro no luce claro. Sin la intervención de los gobiernos, las metas no se alcanzarán sin que afecte el desarrollo del sector aerocomercial y todo lo que mueve la industria del transporte aéreo. Mientras tanto, hay mucha resistencia a pensar en otras aproximaciones al problema.