Catarsis periodística

Reflexiones editoriales de Aeromarket edición 231 (versión impresa).

Algunos están comprometidos con principios, aunque tan sólo sean un puñado pétreo sobre el que basan sus vidas. Es nuestro caso. Son un puñado porque tratamos de mantener nuestra mente abierta y consideramos la postura de los demás. Es como si aquella máxima que dice “Minds are like parachutes, they only function when open[1]”, fuera una constante convocatoria en nuestro trabajo.

La objetividad es algo difícil, pero el periodismo que hacemos tiene ese objetivo y sólo se flexibiliza ante aquellos principios que señalamos.

Por Twitter un piloto iracundo nos amenaza, una información comentada que publicamos en redes sobre un avión de Aerolíneas que rompió un winglet en el festejo por el retiro de un comandante le hizo perder la calma. Por el otro flanco, en Transporte no nos conceden una entrevista al señor ministro, nos dicen que sólo responderían preguntas por escrito; deducimos que hay cierto temor a la incomodidad que podría sobrevenir en un mano a mano sobre temas serios de aviación. Algunos gremios rechazan nuestras críticas agresivamente, pero hay trabajadores que acuden a nosotros para contarnos que en determinados casos sus representantes no hacen nada. Cada semana recibimos literalmente decenas de llamados y denuncias. Llegan a aeromarketescucha@gmail.com entre 3 y 5 mails a la semana con información que debemos chequear con mucho esfuerzo, alguna resulta –o resultará– valiosa.

El aparato estatal aeronáutico padece de hipoacusia y no tiene políticas de comunicación consistentes, sólo informa sobre obras en aeropuertos y cantidad de pasajeros transportados por avión. No somos condescendientes con nadie y eso es así porque intentamos ser equidistantes respecto de los problemas y ser lo más objetivos posible (recordando aquel detalle de los principios). Experimentamos situaciones incómodas. En la Argentina no hay tolerancia, espacio para pensar distinto y algunos olvidan una historia de lucha que nació en la época en que la Fuerza Aérea Argentina manejaba la aviación civil a su antojo. Una lucha que, lamentablemente, se prolonga hasta hoy. Incluso cuando se creó la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), advertimos que el diseño de la nueva organización debía ser prudente para evitar lo que resultó ser la organización que hoy rige la aviación civil.

Informamos y opinamos, fuera de ese propósito no hay más que deseos de tender puentes para que la aviación civil se organice y, consolidada, intente sostener la actividad de la mejor manera o, al menos, no se deje avasallar por funcionarios que toman decisiones sin tener idea del asunto.

Ha sido un año difícil en todos los sectores y la aviación ha sufrido situaciones que podrían haberse evitado fácilmente, eso es frustrante. Tardamos años en poder resolver el problema para ingresar a los hangares de un aeropuerto público, pero se festeja la solución que se alcanzó. ¿Qué se puede esperar de los asuntos más serios? Es difícil imaginar que el Gobierno comprenda cosas más complejas –que en realidad no los son– como, por ejemplo, que los impuestos que cobra a la importación de aeronaves no son ingresos significativos para el Estado y podrían revitalizar la actividad; o que en cualquier país del mundo un bien reconstruido en fábrica es considerado un bien nuevo en términos aeronáuticos. Son muestras que tomamos al azar para ilustrar que no hay voluntad por comprender, por facilitar o, al menos, no entorpecer el trabajo productivo aeronáutico.

Estamos lejos de ser lo que fuimos y cerca de ningún lado. Nadie sabe con seguridad qué hará la Autoridad Aeronáutica dentro de 4 o 5 semanas con ciertas normativas. Estamos en medio de una revolución rara que cada día parece más un slogan que una estrategia de apertura y consolidación.

Pero a esta altura del año renovamos nuestras esperanzas. Nos deseamos paz y felicidad. Lo hacemos con fervor.

Nuestros principios aseguran lo primero, lo segundo depende de lo que se pueda construir entre todos.

[1] Las mentes son como los paracaídas, sólo funcional si están abiertas. Frase de John Deware.

Te interesará

Comentarios

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

AeroMarket - Noticias Aeronáuticas e Interés General. Copyright © 2018 Todos los Derechos Reservados.
Quiénes Somos       Contacto

Diseño y Desarrollo Web - Emiliano Gioia