Muchos de los argentinos tienen un mítico afecto por Aerolíneas Argentinas (ARSA). Se podría decir que durante muchos años existió una suerte de idolatría que giró bajo el concepto de “línea aérea de bandera” como si patria y la aviación comercial estuvieran amalgamadas. Se utiliza el modo verbal pasado exprofeso, porque en el imaginario colectivo todo lo vinculado con ARSA está en entredicho popular.
Entre las discusiones generales más arduas en torno a la línea aérea estatal, está la de la dimensión que ésta tiene, y en particular el debate sobre el costo del personal de la compañía. Por eso es importante explicarle a la ciudadanía que está ávida de información cierta, sobre la realidad de Aerolíneas Argentinas conforme a los propios números que la propia empresa presentó el pasado mes de mayo en base a los datos disponibles a fines de 2023.
Los datos fríos
En materia salarial, es posible afirmar que la dotación de ARSA y la incidencia salarios/ingresos para la fecha señalada era de 142 empleados por avión. Para que se tenga una idea comparativa, Latam tenía 114; GOL, 102; Azul, 83 y Copa Airlines, 69. Cuando se comparan los ingresos de las citadas aerolíneas y los egresos por salarios, se tiene una aproximación a la eficiencia de cada una. En el caso de ARSA, se destinaba 32,7 % de sus ingresos a salarios; Latam, 13,4 %, GOL, 13,4 %; Azul, 12, 8 % y Copa Airlines 12,6 %. Nótese que las empresas aerocomerciales privadas de Latinoamérica tienen una relación ingresos/salarios muy similares que contrastan notablemente con los de la sociedad anónima estatal ARSA.
A diciembre de 2023 la “aerolínea de bandera” tenía una radiografía que demostraba una importante crisis, en términos de balance, ya que sus pérdidas ascendían a 391 millones de la moneda estadounidense (EBIT). Además, su patrimonio neto al 31 de diciembre de 2023, era negativo en 210 millones de dólares, lo cual demostraba que había que hacer algo urgente y contundente, entre otras cosas, con la sobredotación de personal que se registraba. Fue así que se diseñó un plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas que ha finalizado recientemente.
Otros números de la propia ARSA brindaban más información, por ejemplo que sus ingresos eran de 2.121 millones de dólares (2.045 MM, 96 %, pasajes, 76 M carga, 4 %).
Dado que el gasto en salarios en el ejercicio 2023 fue del 32,7 % de los ingresos, se puede inferir que en materia de remuneraciones y cargas sociales, ARSA erogó 693,5 millones de dólares. Aquí es relevante tomar un dato del INDEC, que en ese año publicó que la dotación promedio de la compañía era de 11.893 personas, lo que significa que el costo promedio por empleado fue de 58.312 dólares.
En este punto lo técnicamente correcto es acudir a los datos de IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo, por su sigla en inglés) que en el Global Outlook for Air Transport Deep Change, indica en 2023que la industria pagó 199 mil millones de dólares en salarios a unos 2.970.000 trabajadores, lo cual indica que en promedio cada uno de ellos implicó un costo de unos 67.000 dólares anuales. Si se hacen las cuentas se podrá observar que, en promedio, los salarios de los empleados de ARSA estaban sólo un 13 % por debajo de la industria en términos globales.
Para finalizar, es importantísimo comprender que en materia de salarios, los sindicalistas de los gremios aeronáuticos reclaman sobre lo que perciben sus representados como sueldo neto o “salario de bolsillo”, como se suele decir, sin considerar el costo real empresario que incluye cargas sociales, aportes sindicales, prorrateo del aguinaldo y otros varios ítems que alguien paga. A todo esto hay que sumar una cantidad de beneficios que recibe el personal de ARSA, pero eso sería materia de otra nota.
Con los números claramente expuestos, se puede pensar mejor qué es lo que se debe hacer ante el salvaje reclamo de una parte del sindicalismo de Aerolíneas Argentinas.
La aeronáutica no vuela con una calculadora financiera. Cuando los administradores son el reflejo carente de toda responsabilidad, idoneidad y gestión, nunca habrá resultados positivos. Calcular empleados por avión sacando rutas y devolviendo aviones bajo leasing es pensar absurdamente con la sabana corta. Un país de nuestra extensión territorial (la mitad de Europa) corre el grave riesgo de quedar aislado y por supuesto si esto sucede, nuevamente no habrá responsables, como nunca los hubo. Seguiremos barranca abajo. Hay que sincerarse y saber que una línea aérea que no se expande si se achica de esta forma está condenada al fracaso. Hoy Aerolíneas es la gran noticia y el periodismo repite lo que les dicen sin tener la menor idea de lo que hablan. Total, la gente ignorante se traga cualquier sapo y se entretiene con eso. Los problemas surgen siempre por hacer oídos sordos en todo momento hasta que la problemática estalla. La privatización es una buena opción si quienes la toman lo hacen para desarrollar un sistema que hasta ahora ha implosionado constantemente. Desde el gobierno sería positivo analizar algunas decisiones políticas que a futuro le van a jugar muy en contra con el riesgo país e inversiones. Y estaremos peor. Rifar la Argentina no es una buena imagen internacional. Hay muchos caranchos ya conocidos en el exterior que vienen por todo. Idoneidad, algo de patriotismo y sentido común hacia los conciudadanos hace falta, como también, ¡por favor! menos charlatanería barata que esconde lo peor de nuestra sociedad.
Exelente !!!