Problemas en la familia Airbus A320

Otra vez una falla en los sistemas informáticos y tal vez algo más.

Airbus A321neo. Foto: Airbus.

Lo que sigue no es una noticia. Todo apasionado de la aviación sabe lo que ha sucedido con miles de los aviones de pasillo único más vendidos de la historia. ¡Y uno de los más volados en las últimas décadas!

Solo a modo de resumen podría decirse que se detectó que miles de aviones de la familia A320 tenían un problema en el sistema informático vinculado al control del timón de profundidad de las aeronaves.

La European Union Aviation Safety Agency (EASA) emitió una Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia (AD No 2025-0268-E) el pasado viernes 28 de noviembre que incluía a una larga serie de aviones de la línea 320, advirtiendo sobre la susceptibilidad introducida por una actualización de software en uno de sus ordenadores de a bordo.

Según la información suministrada por el fabricante europeo, una situación reportada con un avión de la familia 320 habría sido la que reveló «que la radiación solar intensa puede corromper datos críticos para el funcionamiento de los controles de vuelo. En consecuencia –dice el texto oficial–, Airbus ha identificado un número significativo de aviones de la Familia A320 actualmente en servicio que podrían verse afectados».

El lunes 1º de diciembre, Airbus actualizó la información en la que se solicitaba la adopción de medidas de precaución inmediatas en varios aviones de la Familia A320 en servicio, aclarando que si bien la mayoría de las aeronaves afectadas ya había recibido las modificaciones necesarias para continuar volando, quedaban un centenar de ellas que debía recibir atención antes de volver a operar.

En todos los casos, Airbus informó rápida y precisamente, asumiendo la responsabilidad y disculpándose por las dificultades que había producido la decisión de detener miles de aviones. El trastorno tuvo un gran impacto porque algunos aviones tuvieron que volar sin pasajeros y en condiciones especialmente indicadas para llegar a un centro en el que pudieran recibir el servicio técnico adecuado.

Horas después de que comenzara a solucionarse el problema del procesador, Reuters informó que Airbus confirmó la existencia de un problema que afecta a los paneles del fuselaje de “varias docenas” de aviones de la familia A320 que están en pleno proceso de producción, lo cual podría ser una demora adicional importante para las ya retrasadas metas de producción que se había fijado el constructor.

Aunque no hay certezas, los medios más informados sostienen que las dificultades no afectan a aeronaves en servicio; sin embargo, como es lógico, las acciones de Airbus han cotizado a la baja desde el momento en que comenzó a conocerse el problema del sistema de computación que generó la alerta de EASA.

Aunque el problema de los paneles no estaría definido, es probable que Airbus no demore demasiado en solucionarlo. Algunos aseguran que la dificultad podría tener origen en una cierta partida de componentes fabricados por un proveedor externo, pero otros señalan que la parte con problemas se fabricaría en Toulouse, Francia. En cualquier caso, el mayor daño que estas novedades están infringiendo al fabricante es que los retrasos que se venían produciendo en las entregas de aviones se incrementarán a pesar de los esfuerzos que Airbus hizo para mejorar el ritmo de producción y cumplir con cuotas crecientes de producción. Según Reuters, Airbus entregó 72 aviones en noviembre, lo que es una cantidad bastante menor a la que esperaba un mercado que creyó que Airbus podría aliviar un cuello de botella productivo que solo le ha permitido fabricar 657 aviones de la familia A320, cuando el objetivo para este año era de unas 820 entregas.

Lo positivo

Esta mañana (2 de diciembre) ARMKT habló con un experto en comunicaciones que estuvo muy conectado con Airbus durante muchísimo tiempo, para tratar alguna información adicional sobre la crisis del coloso aeroespacial europeo; lamentablemente, no se logró conocer algún detalle que agregara datos novedosos a lo que ya se ha difundido. Sin embargo, el interlocutor de ARMKT realizó una observación muy pertinente e interesante sobre la situación: “De todo lo que acaba de ocurrir y lo que está sucediendo, rescato que la actitud en la comunicación de Airbus ante un peligro fue diametralmente opuesta a la que tuvo Boeing cuando debió enfrentar la crisis de los MAX. En segundo lugar, detecto que hay una cierta maduración en los afectados por la cancelación de vuelos, ya que el mundo aceptó, quizás escaldado por la experiencia del MAX, una disrupción mayúscula, y creo que eso se debió a que se le explicó claramente que las decisiones que se habían tomado eran por su bien. Tercero, que la automatización salió bastante bien parada, porque por más que se señalara este episodio como sintomático de que no hay que confiarle todo a una tecnología, no se la cuestionó tanto como podría haber ocurrido, porque es innegable que la tecnología ha sido puntal del aumento de la confiabilidad de los aviones. Por último, salvo algunos comentarios cuasi anónimos en las redes, nadie del lado de la competencia salió a montarse a la situación; eso corrobora algo que creo estar observando en Boeing: que con la conducción actual en Seattle hay un cambio cultural muy positivo.

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