Tom Enders y Ian King, presidentes de EADS (European Aeronautic Defense and Space Company) y BAE Systems, respectivamente, expresaron que no desean una gran participación accionaria de los estados en la nueva compañía que resulte del proceso de fusión de ambas empresas.
Si bien reconocieron que se debe mantener un cierto poder estatal en la toma de decisiones, se oponen a la entrada de Alemania como accionista. Los máximos ejecutivos de las empresas manifestaron que lo que se pretende es «crear una empresa cuyas estructuras de gobierno le permitan operar normalmente en el mercado y que confiera los mismos derechos a todos los accionistas, sea cual sea su talla».
Lo que se proponen quienes lideran la creación de lo que será uno de los grupos más importantes de la industria aeroespacial y de defensa, es que Alemania, Francia y Reino Unido tengan una suerte de acción (de oro) con capacidad de veto que bloquee la entrada de cualquier accionista más allá del 15 {85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} del capital para preservar los intereses estatales en un sector estratégico como el de la aeronáutica y la defensa.
Los dirigentes de los dos grupos insisten en que la fusión «constituiría la mejor oportunidad estratégica para ambas empresas.» La razón que sustenta esta operación es el crecimiento y no las restricciones. BAE Systems y EADS operan en mercados complementarios. Es evidente que cuando dos empresas de la talla de las nuestras se acercan, se pueden lograr ahorros gracias a una ganancia de eficacia», indican. Pero añaden que «los mayores beneficios surgirán de nuestra capacidad a explotar nuevas oportunidades comerciales.”
EADS es la empresa madre del fabricante de aeronaves comerciales Airbus.