A fines de septiembre, EASA y la Sociedad Europea de Medicina Aeroespacial (ESAM) firmaron un Memorando de Entendimiento (MoU) para fomentar un mayor conocimiento de la medicina aeronáutica y armonizar los requisitos a tener en cuenta en Europa y el mundo en la materia. El objetivo general es lograr un nivel homogéneo de seguridad y reducir el riesgo de incapacitación en los puestos sensibles de la aviación.
EASA y ESAM redoblaron el trabajo conjunto luego del accidente de Germanwings, realizando, entre otras cosas, materiales de promoción de la seguridad como, por ejemplo, folletería sobre relaciones de trabajo de los examinadores médicos (AME), promoviendo la confianza mutua y una cultura de seguridad en el campo de la aviación desde la perspectiva médica.
En consonancia con los principios de la medicina basada en la evidencia, se espera que este MoU tenga un impacto positivo importante en el futuro trabajo regulatorio de la EASA en el campo de la medicina aeronáutica. Los nuevos tipos de operaciones reguladas por EASA, como los drones, el despegue y aterrizaje vertical (V-TOL), las operaciones mejoradas con tripulación múltiple, las operaciones con un solo piloto, y las operaciones en el espacio aéreo elevado, requieren requisitos médicos personalizados.
Sobre la base del MoU, el equipo médico de EASA organizará reuniones periódicas con ESAM para intercambiar información científica y opiniones de expertos sobre temas aeromédicos de interés para ambas partes.
Está claro que la aviación presenta un entorno complejo que abarca una variedad de actividades y que el componente humano es uno de los elementos más importantes del sistema, por lo que disponer de personal aeronáutico preparado en la materia médica es fundamental para garantizar la seguridad aérea. Esto crea la necesidad de que los examinadores médicos aeromédicos (AME) sean conscientes de los diferentes entornos operativos y los factores de riesgo correspondientes.
Los AME siempre deben estar capacitados y actualizados sobre cuestiones médicas aeronáuticas y tener una buena cooperación con las autoridades competentes y los solicitantes. Por eso la relación cada vez más estrecha y elaborar material de divulgación para compartir con los AME las prácticas recomendadas en relación con el examen y evaluación médico aeronáutico de los solicitantes es fundamental. Los AME deben estar adecuadamente informados para garantizar que los exámenes y evaluaciones médicas se realicen de acuerdo con las mejores prácticas médicas aeronáuticas.
Como se recordará, la tragedia del vuelo 9525 de Germanwings el 24 de marzo de 2015, se debió a que el copiloto Andreas Lubitz se encerró en el cockpit de un A320-211 para estrellar el avión contra el Macizo de Estrop, en los Pirineos, causando la muerte de los 144 pasajeros, del otro piloto que quedó fuera de la cabina y de los cuatro tripulantes de a bordo.
En su informe definitivo, la BEA (Bureau d’Enquêtes et d’Analyses pour la Sécurité de l’Aviation Civile, por su sigla en francés) reveló que un médico privado recomendó el internamiento de Lubitz en hospital psiquiátrico dos semanas antes de que estrellara el avión en los Alpes. Además, el piloto alemán había comenzado a exhibir en diciembre de 2014 síntomas consistentes con un «episodio psicótico-depresivo», por lo que realizó consultas con diversos médicos, ninguno de los cuales advirtió en un primer momento de su situación a las autoridades. Durante la investigación, los fiscales hallaron pruebas de que el aviador también padecía problemas de visión y temía perder su empleo, y que por todas esas razones había investigado métodos de suicidio y ocultado su enfermedad a sus superiores.