La autoridad aeronáutica de un Estado contratante de la OACI, tiene a su cargo entre otras funciones, la regulación y control de la aviación civil y la administración del espacio aéreo. Esto implica que representa ante la comunidad nacional e internacional, por delegación, al propio Estado Argentino.
Por tal motivo, en la Argentina la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) tiene por delegación del mismo Estado la máxima autoridad aeronáutica, y es la encargada de fiscalizar y controlar la actividad aérea en nuestro país. Consecuentemente y necesariamente, su trabajo activo debe garantizar el crecimiento de la actividad aeronáutica nacional y la internacional que utiliza el espacio aéreo argentino y regirse por los estándares internacionales y nacionales de seguridad operacional.
En este sentido, el Manual de Gestión de OACI establece que la seguridad operacional es: “Un estado en que el riesgo de lesiones a las personas o daños a los bienes se reduce y se mantiene en un nivel aceptable, o por debajo del mismo, por medio de un proceso continuo de identificación de peligros y gestión de riesgos”.
Por lo tanto, la misión de la ANAC es normalizar, regular y fiscalizar la aviación civil argentina, instruyendo e integrando a la comunidad aeronáutica y garantizando la seguridad operacional mediante medidas que asegure un buen nivel de la gestión del riesgo y la excelencia en el desarrollo integral de la aviación civil argentina.
Esto implica adoptar oportunamente resoluciones y disposiciones reglamentarias relativas a aeronaves, talleres, operaciones, personal, instrucción, navegación aérea, aeródromos e infraestructura, transporte, trabajo aéreo, fiscalización, etcétera; tanto dictada por la autoridad aeronáutica como por otras autoridades u organismos competentes.
En este punto, recordemos que el crecimiento del sector aéreo es posible sólo si se lo acompaña de un adecuado plan nacional de seguridad operacional que apunte al sostenimiento y mejora de los estándares de seguridad, incorpore medidas de prevención para mitigar riesgos y garantice la capacitación constante de la comunidad aeronáutica.
En paralelo, debe disponer de un sistema estatal de vigilancia de la seguridad operacional en sintonía con el enfoque establecido por el Programa Universal de auditoría de la vigilancia de la seguridad operacional (USOAP) el cual analiza los sistemas de vigilancia de cada Estado miembro de la OACI.
Ahora bien, todos sabemos que funcionarios de OACI y directivos de ANAC y EANA han mantenido reuniones con el propósito de analizar las deficiencias del sistema de aviación civil argentino detectadas y comunicadas mediante el Informe Final de la Misión de Validación Coordinada de la OACI en la República Argentina” (ICVM) llevada a cabo entre los días 13 al 17 de febrero de 2023.
También se sabe que los elementos críticos (CE) con la implementación efectiva (EI) con porcentaje más bajo de cumplimiento son:
CE-4, Personal técnico cualificado; con un 46,51%;
CE-6, Obligaciones de otorgamiento de licencias, certificaciones, autorizaciones y aprobaciones, con un 51,79%”.
CE-7, Obligaciones de vigilancia, con un 40,20%;
Estas tres CE están interrelacionadas con otras CE de acuerdo a lo siguiente:
CE 4: interrelacionado con CE 6 – Obligación otorgamiento de licencias, certificaciones, autorizaciones y aprobaciones; CE 7 – Obligaciones de vigilancia y CE 8 – Solución de problemas de seguridad operacional; CE 6: Interrelacionado con CE 1 – Legislación aeronáutica y CE 2 – Reglamentos de explotación específicos; CE 7: Interrelacionado con CE 8 – Solución de problemas de seguridad operacional.
Como se puede apreciar, el cumplimiento de lo comprometido ante la OACI mediante el Memorándum de Entendimiento USOAP requiere que ANAC por su lado y EANA por el suyo se administren tal como un sistema interrelacionado internamente y externamente, sin descuidar el aspecto profesional, instrucción y capacitación en cada área que integra su organigrama. Como también mantener una estrecha y continua relación con otras autoridades y organismos competentes que intervengan en al sector aeronáutico argentino.
Por supuesto que para ello se requiere un trabajo conjunto, estrecho y coordinado permanentemente entre autoridades (ANAC-EANA) y usuarios aeronáuticos de la aviación general como también en aeroclubes, talleres aeronáuticos, empresas de aeroaplicacion, por nombrar algunos que históricamente han sido relegados o ignorados cuando intentan llevar sus inquietudes, necesidades o sugerencias a la autoridad aeronáutica de turno.
¿Cómo se puede ir corrigiendo las deficiencias que claramente están presentes en el informe de la auditoria de la OACI? Obviamente adoptando las medidas correctivas que surjan de la auditoria. Pero sin descuidar el funcionamiento administrativo interno revisando el cuadro de los recursos humanos y cuidando que el administrativo o técnico profesional tenga los recursos necesarios para cumplir con su tarea, pero principalmente previamente haya demostrado que su perfil curricular y laboral se encuadra dentro de los requeridos para ocupar el puesto vacante.
Si estimado lector, parece una utopía pero no es así, sucede que llevamos tantos años conviviendo y sufriendo las consecuencias de las distintas administraciones presentes y pasadas que dieron preferencia al interés político de personajes del gobierno central y de otros sectores que poco a poco la figura de autoridad aeronáutica se ha deteriorado de tal manera que la auditoria USOAP tan solo nos muestra la punta del iceberg. 
