La política aerocomercial de la Administración Macri

Un debate para aprender constructivamente • Por Luis Alberto Franco

En la China de 1992, en medio de las grandes reformas políticas y económicas, Deng Xiaoping recordó una frase de 1960 al decir: “No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones”. En ese momento, el gigante asiático se debatía intensamente entre las resabios de la dictadura de Mao Zedong, la apertura de su economía y una nueva política exterior que fue el fundamento de la China cuyo PBI crecería a un promedio del 8 % anual. Quedémonos con esa figura para reconocer las dificultades que se presentan al tomar decisiones complejas en un peligroso entorno de inestabilidad y resistencia.

 

 

Es fundamental reconocer que la relevancia de cualquier política está en los resultados, es decir, los cambios positivos o negativos que produce. En su rol periodístico, ARMKT (y su director a través de otros medios) criticó oportunamente* la gestión de Mauricio Macri respecto de la aviación civil.

ARMKT publicó el pasado lunes 21 un artículo del respetado experto Pablo Potenze en el que expuso sus opiniones sobre la “revolución de los aviones”. Su artículo tiene el indudable mérito de llamar al debate de ideas, sobre todo frente al incierto futuro del transporte aéreo en la Argentina, y es en esa línea que nos vemos en la necesidad de plantear algunas disidencias.

Creemos que para abordar los sucedido en la denominada “Revolución de los aviones” conviene ser metódicos, comenzando por no suponer –tal vez por no  haber consultado currículums– que hay unas profesiones más nobles que otras para juzgar el desempeño de los funcionarios, lo cual frecuentemente reitera Potenze al comparar a Guillermo Dietrich con Icela Constantini.

Fue un gravísimo error designar a Icela Constantini al frente de Aerolíneas …

Cuando Dietrich asumió como ministro de Transporte traía consigo la experiencia de haber ocupado con cierto éxito un cargo similar en la principal ciudad del país. Enfrentaba, como toda la administración de Mauricio Macri, un Congreso controlado por la oposición, marcos jurídicos vetustos, un corporativismo enquistado en toda la sociedad cuyos exponentes máximos son hasta hoy los sindicatos; empresas monopólicas; un país que movilizaba su producción mayormente por camiones, y a su ciudadanos por ómnibus, y, en materia aeronáutica, una aviación civil desarticulada, con una aerolínea de bandera grave y gravosamente deficitaria y una competencia bajo constante hostigamiento de ésta y sus apoyaturas gremiales. En resumen, un entorno agresivamente adverso para desarrollar cualquier cambio profundo que se quisiera hacer. Ante ese cuadro de situación se improvisó y se cometieron groseros errores, pero también se lograron buenos aciertos. Veamos algunas desprolijidades: Fue un gravísimo error designar a Icela Constantini al frente de Aerolíneas Argentinas, porque si bien reorganizó contratos y deudas, y ordenó administrativamente el desaguisado que había dejado Mariano Recalde y La Cámpora, se puso de acuerdo en un santiamén con los gremios, para ipso facto oponerse a cualquier apertura a la competencia. Tal vez Constantini no fue informada sobre lo que se haría cuando se le ofreció el cargo, pero no caben dudas de que su lugar estaba subordinado a las decisiones políticas del titular del Poder Ejecutivo.

En materia aeronáutica Macri se equivocó al no trazar un rumbo claro a su equipo e informar al detalle a la ciudadanía sobre la situación del sector, lo cual sucedió también en las otras áreas de gobierno. Otro lamentable desacierto de Dietrich como responsable de Transporte, fue el no considerar a la aviación civil como un todo inescindible al fijar su plan de acción aerocomercial. Otra falla seria fue no profesionalizar la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) hasta por lo menos el nivel de directores, y modificar la misión y visión del organismo como indicio rector de un cambio cultural. Luego volvió a equivocarse con la designación del segundo administrador que se desempeñó sin el decoro adecuado y cuando el primero, el Ing. Juan Pedro Irigoin, comenzaba a conocer los resortes del organismo que conducía.

 

http://tenilaviacion.com.ar/

 

Los logros no fueron pocos: Se llamó a Audiencia Pública para otorgar rutas; se adjudicaron muchas a aerolíneas nuevas y extranjeras que siguen prestando servicios (aunque también a aventureros que en definitiva no hicieron tanto daño); se intentó con buen éxito aprovechar la infraestructura aeronáutica ociosa, –ElPalomar fue una exitosa muestra de ello– para ampliar el sistema aeroportuario y arraigar el concepto de low cost con un aeropuerto internacional específico para el segmento; otra acción más o menos plausible fue que, al no poder hacer mayores cambios por razones jurídicas, se mantuvo en suspenso la extensión de la concesión de aeropuertos a cambio de inversiones reales que en gran parte se materializaron, y se llevó adelante la organización de la Empresa Argentina de Navegación Aérea que había sido creada por una ley del gobierno precedente. En este último punto también fue un gravísimo error mantener el management de la empresa hasta el tardío reemplazo de Agustín Rodríguez Grellet.

El logro más contundente de la gestión Macri – Dietrich fue el percibido por millones de personas que hicieron uso del avión para transportarse con más frecuencia, o por primera vez, gracias a las low cost. Los datos sobre esa incontrastable verdad son tan notorios y fáciles de obtener que los omitimos. Este éxito perdura hasta el presente y a pesar de las embestidas del caos gubernamental reinante.

Pasajeros en El Palomar.

Los debates son realmente necesarios y esclarecedores, todo aporte enriquece y tal vez sea útil organizar una mesa redonda pública para confrontar críticas y aportar ideas para que los ciudadanos puedan elaborar sus propias conclusiones.

Todo lo realizado en el pasado, cualquiera sea la época y la materia, pudo haberse hecho mejor, pero las decisiones nunca se toman en condiciones ideales, sino en medio de adversidades, conflictos y oposiciones. En la Argentina es muy importante que aprendamos a valorar con juicio crítico las experiencias del pasado para mejorar el futuro, pero es necesario reconocer que muchas veces hay que conformarse con que el gato haya cazado algunos ratones.

 

 

* Notas publicadas sobre la denominada “Revolución de los aviones”
La fallida revolución
La revolución de los aviones
¿Cómo se resuelve el conflicto con los gremios aeronáuticos?
La asamblea que dejó 45 mil pasajeros en tierra
Aerolíneas Argentinas: un choque esperable, un desenlace imprevisible
La base de una buena política aeronáutica
El paro aeronáutico, un paro sin sentido
Los claroscuros de la Revolución de los aviones
Las aerolíneas de bajo coste buscan competir en los cielos argentinos
(Nota de El País (consulta de opinión)
Te interesará

Comentarios

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

AeroMarket - Noticias Aeronáuticas e Interés General. Copyright © 2018 Todos los Derechos Reservados.
Quiénes Somos       Contacto

Diseño y Desarrollo Web - Emiliano Gioia