La Administración de Aviación Civil de China (CAAC) es el ente regulador de la aviación civil de China. No es cualquier regulador sino que actúa como un poderoso brazo político del gobierno, por eso, más que un administrador es un estructurador de lo que se quiere hacer en la aviación. En China la iniciativa en materia aeronáutica no es privada sino parte de planes que habilitan la concurrencia de privados o, mejor dicho, convoca a aquellos que se amoldan a los dictámenes del régimen. En realidad, en la aviación china no sucede nada distinto a lo que se observa en otros sectores: los privados son socios del Estado (empresas mixtas) o de compañías cuyo origen es complejo desentrañar. También está la combinación de ambas categorías, al asociarse una empresa multinacional con una sociedad jurídica china privada cuyo control se pierde en la brumosa estructura productivo – burocrática del coloso oriental.
Dado que la CAAC es un poderoso ente se podría suponer que tiene todo lo necesario para que la aviación civil se desarrolle en armonía, pero no, ya que rara vez logra los objetivos que emanan de los lineamientos del Plan Quinquenal.
Los objetivos del plan 13º (2016-2020), demandaban que la CAAC invierta en la capacitación del personal para garantizar un suministro suficiente de controladores de tránsito aéreo y pilotos, pero esas metas no se lograron. En el nuevo plan en curso (2021-2025) la directiva es que se mejore el reclutamiento y la retención de personal a través de medios como el aumento de salarios de los controladores de tránsito aéreo, la reducción de su carga de trabajo y la recompensa de las innovaciones para mejorar la eficiencia de las operaciones.
En términos de gestión del espacio aéreo y conforme a una coordinación con el control militar, la CAAC debe continuar liberando el espacio aéreo restringido mediante la apertura de rutas temporales, una práctica que según China ha demostrado generar beneficios operativos y ambientales, pero que en lo profundo significa una limitación de naturaleza “estratégico-militares”. Mientras esas políticas se implementan es imperativo que la CAAC continúe invirtiendo en tecnología y gestión para mejorar la capacidad operativa de la aviación civil en pos de una mayor eficiencia general del sistema con eje en la puntualidad de los vuelos comerciales.
Es verdad que durante las últimas tres décadas CAAC ha mejorado las operaciones e implementado medidas de reducción de la separación vertical mínima de aeronaves, la ya nombrada apertura de rutas de vuelo temporales, etc.
Un paso adelante que viene dándose es la implementación del sistema de navegación satelital chino BeiDou, que podría mejorar a la navegación eficiente en las rutas de vuelo en la aviación civil, pero aquí también la prioridad y control del sistema es militar lo cual somete su uso a las necesidades estratégicas chinas.
Si bien la capacitación del personal y el progreso tecnológico y administrativo ayudarán a utilizar el espacio aéreo existente de manera más efectiva, la apertura del cielo es esencial para que el sistema de aviación se adapte a la creciente demanda del mercado y esto ocurrirá sólo si los militares acceden a abrir el espacio que tan celosamente vigilan.
El otro desarrollo que no debería mermar es el de la utilización eficaz de la infraestructura de aviación y la rápida expansión del soporte aéreo en tierra.
A manera de conclusión
La aviación civil de China presenta las enormes oportunidades de un país de 9,6 millones de Km2 y 1.400 millones de habitantes, pero las limitaciones que enfrenta el sistema de aviación tienen tres componentes críticos: aeropuertos, aerolíneas y gestión del tránsito aéreo. No hay duda de que todos los números de China (presentados por China o estimados por organismos como el Banco Mundial, IATA y, entre otros, OACI) son positivos y muestran mejoras, sobre todo en los últimos 10 años, sin embargo, los desafíos institucionales juegan un importante papel que en muchos casos demoran el progreso.
China es una nación donde el secretismo toma la dimensión de culto, sin embargo es conocida la dependencia que el país asiático tiene de Occidente, en ese sentido dos son las vías de las que se provee para avanzar en materia tecnológica: la asociación con empresas occidentales y el espionaje. La primera se vale de la ingenuidad de muchos actores comerciales y la segunda de vulnerabilidades de seguridad.
Fuentes:
Estudio de sciencedirect.com: “Increasing civil aviation capacity in China requires harmonizing the physical and human components of capacity: A review and investigation”. Elseiver Ltd.
“Productivity efficiency analysis of the airlines in China after deregulation”. www.econpapers.repec.org. www.civitas.org.uk/publications/inadvertently-arming-china/.