El primer avión supersónico orientado al transporte con el auspicio de la NASA sigue avanzando.
El pasado 16 de diciembre, la agencia aeroespacial de los Estados Unidos publicó en su portal que autorizó el ensamblaje final y la integración de sistemas del avión X-59 con la tecnología Quiet Supersonic (QueSST), un prototipo de avión cuya característica será la de romper la barrera del sonido sin producir la característica explosión sonora.
El X-59 es el primer avión experimental que la NASA impulsa en 30 años para volar a altas velocidades, con eficiencia en consumo y reducción de impacto ambiental. Hace dos años se probaron aeronaves a escala, pero ahora se dio luz verde al ensamblaje del avión en tamaño real para que sea volado en algún momento de 2021.
La revisión administrativa de la semana pasada, conocida como Key Decision Point-D (KDP-D), fue el último obstáculo programático para que el X-59 continúe hasta la próxima revisión en 2020.
“Con la finalización del KDP-D, hemos demostrado que el proyecto está bien planificado y encaminado. Tenemos todo en su lugar para continuar esta misión de investigación histórica para avanzar hacia un avión para viajes con pasajeros”, dijo Bob Pearce, administrador asociado de NASA para aeronáutica.
El X-59 está diseñado para reducir el volumen de ruido que llega al terreno. Podrá volar por encima de comunidades de los Estados Unidos sin ser un problema por impacto sonoro.
El X-59 tiene un envergadura de 9 metros, el motor se ubica en la parte de arriba y las alas tipo canard tienen una posición distinta a la de los aviones que presentan esa configuración.
El avión experimental que se ensamblará no está pensado para transportar pasajeros, pero es un paso previo para la fabricación de aeronaves de transporte de última generación que volarían a unos 16.800 metros sobre el nivel del mar y a 1.500 km/h.
El X-59 requirió una inversión de 247,5 millones de dólares, el ejecutor del programa es Lockheed Martin, que trabaja en el proyecto en su planta de Palmdale, California.