En el día de ayer se cambiaron ideas en un foro privado respecto de la situación de la FAdeA (Fábrica Argentina de Aeronaves). Sin dudas el asunto es delicado y debe abordarse. Si bien estas líneas sólo serán pensamientos aislados, es posible que contribuyan, aunque sea mínimamente a encontrar caminos para una encrucijada muy seria.
El autor no es de las personas que apoyen las iniciativas empresarias estatales, pero hay cuestiones que se heredan y requieren de soluciones políticas razonables.
Pensando en voz alta entonces, hagámonos algunas preguntas, ensayemos respuestas y luego reflexionemos.
- ¿Se podría cerrar FAdeA?
No, no parece que sería socialmente aceptado, además, sindicalmente generaría conflictos de todo tipo.
- ¿Se puede continuar como hasta ahora?
No, no podemos darnos el lujo de seguir gastando dinero en algo que, a juzgar por lo realizado o lo mostrado recientemente, no produce nada útil.
- ¿Qué se ha intentado hacer en los últimos tiempos?
El helicóptero chino CZ 11; el Puelche (Pawnee); el entrenador I.A.73; la colaboración demorada (en incumplimiento de acuerdos hasta donde se sabe) para el KC-390, el Pampa III y la puesta en servicio de otras aeronaves.
- ¿Qué significaron o significan estos proyectos?
El helicóptero chino, una estafa, algo que nació muerto. Una aeronave anticuada y sin futuro rentable.
El Puelche, un proyecto sin “plan de negocio”, estimación de mercado, fracasado, entre otras cosas, porque el gobierno anterior que lo impulsó contradictoriamente no permitió importar los componentes y se demoró un plan de financiación. Cabe destacar, que en una reunión, realizada el año pasado en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, unos 40 aeroaplicadores discutieron sobre el particular con un ingeniero de FAdeA argumentando que ninguno de los presentes compraría un Puelche y que estimaban muy pocas empresas del mercado nacional lo haría excepto que se ofreciera con enormes subsidios (traducido: a precio de ganga y a costas de más pérdidas para el erario). Además, los aviones entelados para el trabajo aeroagrícola ya no se fabricarían en ninguna parte.
Sobre el I.A.73, se trata de un esfuerzo en donde los privados ya están trabajando, es el caso de un avión que disputaría mercado al Petrel y eventualmente el Tecnam. El primero, ya certificado, desarrollado a riesgo privado y el segundo, una aeronave italiana probada que genera unas 1000 horas hombre de trabajo técnico en Mendoza, y que cuenta con más de 60 aviones vendidos y una planta en pleno funcionamiento. En resumen: el avión de FAdeA es una competencia desleal y dañina.
En materia de aeronaves militares, se ha dicho que se estaría incumpliendo con Embraer; mientras que no hay posibilidades de financiar el proyecto Pampa III para el cual no hay “plan de negocios” a la vista, sino meras especulaciones de potenciales mercados que nadie puede asegurar.
- ¿Cuántos recursos demanda mantener FAdeA hoy?
Un cálculo muy conservador ubicaría la cifra en alrededor de los 1.700 millones de pesos anuales.
Ideas para soluciones posibles
Dicho lo anterior se podrían evaluar posibles soluciones políticas ya que de otro tipo no serían viables. En este sentido pareciera que debería procurarse una suerte de pacto (lo cual vendría bien hacer en una dimensión política y más ampliamente para muchos problemas complejos de la nación) con las fuerzas laborales que garanticen que FAdeA comience a controlar su déficit.
Seguramente se requerirá de un esfuerzo de todos los sectores y convocar por consenso a algún socio estratégico que pueda aportar capital. Sin dudas habría que flexibilizar cuestiones de convenios y costos laborales. Hay que ser sensatos: lo único que tiene FAdeA para ofrecer son instalaciones y un reducido plantel de profesionales capaces (no toda la “fuerza laboral” es de calidad, por los que debería ser reorientada y/o capacitada).
En la región hay aeronaves de líneas aéreas que son enviadas a lugares como Medio Oriente, por ejemplo Doha, para hacer mantenimiento superior porque en nuestra zona no habría instalaciones adecuadas para realizar el trabajo, sin dudas se podrían analizar este tipo de servicios para que comience a funcionar algo productivo.
A fuer de ser reiterativos, se tendría que convocar a capitales de forma atractiva, no como se hizo con Lockheed, (sin que se oculten otras intensiones como se hizo en la anterior oportunidad, cuando existía el propósito de cancelar el programa misilístico nacional) y evaluar conforme al mercado y potencial que se presenta en la actualidad.
Además de lo dicho, se podría analizar seriamente la complementación con proyectos como el de Cicaré, Petrel, etc. sobre los que tal vez se esté trabajando, en definitiva sería para apoyar a los privados con combinaciones creativas y sinérgicas. Recordemos que cada peso que se ahorre es un alivio a las arcas públicas.
Finalmente, podría negociarse la fabricación de componentes para las industrias privadas internacionales pero con las dos condiciones mencionadas: acuerdos sindicales que contemplen calidad y cumplimiento, y apoyo de capital privado. Esto, se podría complementar con la profundización de la cooperación con universidades de ingeniería que desarrollen proyectos, como por ejemplo, en el área de materiales innovadores para la aviación, etc.
Estas líneas, que como se ha señalado son escritas a vuelo de pájaro, casi como en medio de una reunión de amigos ya que no cuentan con una profunda investigación, surgen porque FAdeA no puede seguir como está ni será posible cerrarla, por lo que la tercera posibilidad y desafío es ponerla a generar los recursos que necesita para sostenerse.
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