El pasado sábado 25 el nuevo Boeing 777X realizó su primer vuelo de pruebas. Fueron 51 minutos sobre el espacio aéreo de Everett, Washington. El despegue se produjo a las 10:09 hora local, frente a miles de entusiastas testigos que estaban en el aeropuerto de Paine Field, Seattle, donde Boeing tiene la planta de montaje.
El avión estuvo al mando del comandante Van Chaney, piloto jefe de Boeing para pruebas y evaluaciones del programa B777/777X, quien declaró luego del vuelo que el avión se había comportado maravillosamente.
Tanto Chaney como Craig Bomben, el copiloto, trabajaron a través de un plan detallado para probar los sistemas y estructuras del avión, mientras el equipo de tierra en Seattle monitoreaba los datos en tiempo real.
Este primer vuelo del nuevo avión de Boeing es muy significativo por el particular momento que vive el constructor de aeronaves por la crisis de los B737 MAX y por algunas demoras con este innovador modelo que viene precedido por la fama de su antecesor, el B777, considerado uno de los mejores aviones comerciales de la historia.
Para la serie de pruebas que tiene el programa por delante, se destinarán 4 aviones 777-9, uno de ellos el WH-001, que en estos momentos es sometido a pruebas en tierra y puesto a punto para reanudar los vuelos próximamente.
La flota de aviones ya es parte de las pruebas estáticas desde hace tiempo y todavía se harán muchas otras como parte del proceso de ajustes del avión antes de su certificación.
En septiembre pasado, durante uno de los ensayos de presurización, una de las puertas del avión no soportó las extremas exigencias a la que era sometido el fuselaje, lo cual llevó a retrasar el cronograma del fabricante y a tomar medidas respecto a los sistemas de ensamblaje del avión, volviendo de un procedimiento robotizado a uno con mayor participación humana.
El 777x promete consumir un 10% menos de combustible que su competidor gracias a la combinación de una aerodinámica innovadora, nuevos compuestos utilizados en su construcción y un motor General Electric GE9X, de 339 cm de diámetro de fan de gran eficiencia.
Gran parte de la tecnología del 777X deriva de la experiencia de Boeing al construir del B787 Dreamliner, que hoy presta servicios en varias aerolíneas con singular confiabilidad, además de un reconocido confort para los pasajeros basado en ventanillas más grandes, un mayor espacio de cabina, menor ruido y una suavidad sin parangón en la aviación comercial.
En 2018, la FAA (Administración Federal de Aviación) aprobó el revolucionario diseño de alas plegables para el 777X luego de tomar serios recaudos de alertas automáticas para que el avión no pudiera comenzar el despegue con las alas plegadas. La innovación en las alas permitirá a la aeronave tener una envergadura de ala de 71,8 m en vuelo y de 64.8 m en tierra, lo cual es posible gracias a un sistema de bisagras y plegado que le permitirá operar en aeropuertos convencionales sin realizar modificaciones en sus instalaciones.
Boeing espera entregar el primer 777X el año que viene. El programa cuenta con 340 pedidos y compromisos de las principales aerolíneas de todo el mundo, entre las que se encuentran ANA (Air Nippon Airways), British Airways, Cathay Pacific Airways, Emirates, Etihad Airways, Lufthansa, Qatar Airways y Singapore Airlines. Desde su lanzamiento en 2013, la familia 777X ha superado a la competencia casi 2 a 1.
En principio Boeing ofrecerá dos versiones de este avión de fuselaje ancho: el 777-8 y 777-9. El primero podrá acomodar 384 pasajeros para transportarlos a 16.170 km, el segundo tendrá 426 plazas y volará a 13.500 km, ambos configurados en 2 clases.
Según el precio de catálogo, el B777-8 cuesta 410 millones de dólares y la versión más grande 442, 2 millones de la misma moneda.