El fabricante Boeing está preocupado por una delaminación en el fuselaje de su más flamante avión: El 787 Dreamliner.
La aeronave de más alto contenido de compuestos que jamás se haya fabricado, presenta problemas en los encajes o anclajes –que son cuñas o espaciadores– en las uniones de los paños de material compuesto.
Para Boeing, que habría descubierto el problema antes que se presentara algún reclamo u observación por parte de un cliente, el inconveniente no es grave y ya comenzó a realizar inspecciones en las aeronaves construidas siguiendo un plan de reparaciones especialmente diseñado.
Según la información suministrada por diversas fuentes, el problema es una suerte de defoliación en los espaciadores diseñados para llenar vacíos entre piezas que no encastran exactamente.
Los directivos de Boeing han señalado que el nivel de avance tecnológico que implica fabricar un avión con tan alto porcentaje de compuestos fue siempre un desafío que suponía novedades a medida que las horas de vuelo se sumaran. Esas novedades siempre están bajo control y se subsanan.
Los comunicados de la empresa han señalado que el nivel de producción no se verá alterado por la novedad sino que serán incrementados en los próximos meses.
Se recordará (ver en este site) que el Airbus A380 ha tenido algunos problemas con fisuras en sus alas lo cual también preocupa al competidor de Boeing.
La historia de la aviación ha sido escrita por apasionantes líneas que relatan la superación de obstáculos; la incorporación de nuevos procedimiento, materiales y técnicas que no son otra cosa que la sucesión de pruebas y el errores –controlado la mayoría de las veces– son los peldaños que permiten ascender en la carrera del progreso. Esperemos que así sea para los maravillosos Dreamliner y Airbus 380.