En los primeros días del año surgieron algunos nubarrones en la ruta de la última estrella de Boeing: El Dreamliner 787.
El primero de ellos se relaciona con una información que señala que China estaría demorando la certificación de la aeronave, la noticia no tendría mayor impacto si el mercado chino no fuera el que más entusiasmo despierta en los grandes fabricantes de aeronaves por ser el de mayor crecimiento del mundo.
A manera de ejemplo, sólo China Southern Airlines Co Ltd, tiene pedidos unos 10 B787 y se suponía que recibiría el primer avión antes de que finalizara 2012, algo que la reticencia de las autoridades chinas por la mencionada certificación, ha obstaculizado.
China está decidida a hacer valer su derecho para extender las certificaciones de aeronavegabilidad del mismo modo que lo hacen las autoridades aeronáuticas de los Estados Unidos y de la Unión Europea e intenta dejar en claro que lo hará tanto para las aeronaves terminadas como para motores y componentes. Seguramente se trata de artilugios políticos para condicionar el comercio e imponer condiciones cuando lo considere necesario.
Las autoridades chinas han indicado que el tiempo que demorará la certificación no sólo depende de ella sino de la colaboración que presten Boeing y la Federal Aviation Administration (FAA).
Cabe destacar que resulta absurdo demorar el ingreso de la aeronave al Coloso Asiático, cuando el fabricante estadounidense ha logrado las certificaciones de alta exigencia por parte de la FAA y la Agencia Europea de Seguridad Aérea.
Fallas técnicas
En tres días el novísimo Boeing 787 Dreamliner ha registrado sendos percances técnicos en distintas aeronaves. Se trata de un problema de frenos en una aeronave de Japan Airlines en un aeropuerto de Japón, un pequeño foco de incendio en otra de la misma línea, en el aeropuerto de Boston Logan, mientras estaba estacionada y el descubrimiento de una fuga de combustible que demoró la partida de otro avión por varias horas.
Boeing quita dramatismo
Respecto de los inconvenientes técnicos, Boeing ha quitado dramatismo al señalar que la compañía no tiene ninguna duda de la calidad y seguridad de su modelo 787, más allá de la coincidencia de los incidentes de las últimas jornadas.
«El avión es 100 {85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} seguro. Está claro que aún hay cuestiones que deben mejorarse, pero eso sucede con todos los nuevos modelos …», indicó en una rueda de prensa el ingeniero jefe del 787, Mike Sinnett, según recogen medios estadounidenses como ‘The New York Times’ o ‘Chicago Tribune’.
«Los problemas experimentados por el 787 son similares a los ocurridos cuando el Boeing 777 empezó a funcionar», indicó el ingeniero, para quien «nada indica hasta la fecha que debamos alarmarnos porque tengamos un problema».
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