El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de hacer una revisión sobre sus previsiones económicas para Latinoamérica y morigeran las estimaciones anteriores. Ahora, el FMI y otros organismos que monitorean la situación de la economía global, señalan que la caída del PBI de la región sería un 1% menor (del 9,1 al 8,1 promedio), la reducción no es mayor porque Venezuela, Argentina y Ecuador están hundiendo la media sudamericana.
Tal vez la noticia de la semana sea que Brasil está respondiendo mejor a la peor recesión de la historia reciente y hasta pueda mostrar una salida en “V”, si el resto del mundo logra estabilizarse. Hay datos del país más grande de la región que son alentadores, uno de ellos la creación de 400.000 empleos y el crecimiento del ahorro de los ciudadanos.
En la aviación Brasil también se diferencia, sobre todo, del otro país sudamericano grande, la Argentina. Lo primero que se debe destacar es que el Gobierno de Brasil ha prestado atención a la aviación. Lo que resalta en Brasil es la proactividad de la autoridad aeronáutica, la ANAC del hermano país, que logró poner en las prioridades administrativas a su sector aeronáutico.
El caso es que Brasil lanzó el programa “Voos Simples”, cuyo objetivo es SIMPLIFICAR la burocracia y facilitar la actividad aeronáutica en todos los niveles. El eje del programa no pasa sólo por el transporte aéreo regular, sino que considera a la aviación general, el trabajo aéreo y la aviación deportiva, como un todo que necesita apoyo. El foco es claro: que los servicios aéreos tengan un mejor precio para el mercado (que no está encuarentenado), reduciendo costos y trabas. Ya lo dice el nombre del programa “Vuelos Simples”.
Lo que se tuvo en cuenta en el principal socio del Mercosur, es el tamaño de las empresas aeronáuticas. Quizá se pueda discutir el criterio, pero no el fondo de la iniciativa. La ANAC (de Brasil, no confundir), contempla a los taxis aéreos, vencimientos de licencias y habilitaciones, costos de infraestructura, reducción de tasas e impuestos. “Vamos a transformar la aviación civil brasileña y aprovechar el enorme potencial que tenemos para hacer volar más a los brasileños. Con la aviación comercial para crecer, con la aviación agrícola para crecer, la aviación experimental, en fin, hacer que Brasil despegue”, dijo el ministro de Infraestructura, Tarcísio Freitas.
Por su parte, Juliano Ancântara, director general adjunto de la ANAC (la de Brasil), señaló que el programa “… viene a quitarle la burocracia, quitar lo que no es necesario y centrarse en lo que realmente importa”.
Brasil puede darse el lujo de estimular al sector aeronáutico porque no debe sostener la pesada carga de una empresa aérea que le cuesta cientos de millones de dólares al año. Hace 13 años que VARIG cesó como línea de bandera y 26 que EMBRAER fue privatizada.
Además del programa “Voos Simples”, el pasado 9 de octubre Brasil (ANAC) y Chile (DGAC) reactualizaron el Acuerdo de Cooperación Técnica para el doble control de la seguridad operacional en el marco del interchange de aeronaves de ambos países. El Acuerdo implica la flexibilidad para el uso de aeronaves registradas en uno de los dos países para su uso en el mercado doméstico. Está claro que la visión de ambos países responde a políticas aeronáuticas de desregulación y no de encierro. Puesto en metálico, todas las medidas significan ahorros y una mayor chance de reactivación para el sector y la actividad comercial vinculada a la aviación.
El caso de Brasil es notorio, sin embargo no es el único país que piensa en su aviación a partir de políticas públicas con visión amplia u holísticas respecto del bienestar de sus ciudadanos. La mayoría de los países de la región están trabajando con eficiencia en la recuperación de su aviación civil.
Nota relacionada: “Una mirada más allá de nuestras fronteras”.