La Administración Federal de Aviación (FAA) resolvió multar a Boeing por la suma de U$D 5,4 millones por no cumplir con un acuerdo de resolución de 2015 (pdf). El fabricante de aviones con sede en Chicago acordó pagar otros U$D 1,21 millones otros dos casos pendientes de resolución por parte de la FAA.
Según el acuerdo de 2015, Boeing se comprometió a cambiar sus procesos internos para mejorar y priorizar el cumplimiento normativo. El acuerdo requería que la empresa cumpliera objetivos de desempeño específicos y autorizaba a la FAA a evaluar las sanciones diferidas si no lo hacía. Sin embargo, Boeing no cumplió con algunos de sus objetivos de mejora y algunos gerentes de la compañía no priorizaron suficientemente el cumplimiento de las exigencias de la FAA.
El acuerdo de 2015 evita que Boeing apele la imposición de sanciones de la FAA además, el plazo de cinco años que fijó el acuerdo está vencido. Boeing pagó previamente U$D 12 millones en multas civiles como condición inicial del acuerdo de 2015. Los términos de este nuevo acuerdo se alcanzaron a finales de diciembre de 2020.
“Boeing no cumplió con todas sus obligaciones en virtud del acuerdo de conciliación, y la FAA responsabiliza a Boeing al imponer sanciones adicionales», dijo el administrador de la FAA, Steve Dickson. «Le he reiterado al liderazgo de Boeing una y otra vez que la empresa debe priorizar la seguridad y el cumplimiento normativo, y que la FAA siempre pondrá la seguridad en primer lugar en todas sus decisiones».
Boeing también pagará U$D 1,21 millones para resolver dos casos de ejecución. Un caso alegó que la compañía implementó una estructura inadecuada de su programa de Autorización de Designación de Organización (ODA) aprobado por la FAA y ejerció una presión indebida o interfirió con los miembros de la unidad de ODA. El otro caso alegó que no siguió sus procesos de control de calidad y sometió a los miembros de la ODA a una presión o interferencia indebida en relación con una inspección de aeronavegabilidad de la aeronave.
Las medidas muestran claramente que la FAA busca reconstruir su prestigio con firmeza luego de los problemas emergentes de la polémica certificación del modelo 737 MAX.