A comienzos de 2012, la nueva administración de España decidió suspender la privatización de los aeropuertos de Madrid (Barajas) y Barcelona (El Prat). Según el anuncio de Ana Pastor, ministra de Fomento, “no es el momento adecuado para que nuestros activos infravalorados se pongan en el mercado” añadiendo que es necesario revisar el modelo de gestión aeroportuaria con el fin de convertir a AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) en una empresa líder.
Con los servicios de navegación aérea sucederá algo similar ya que la ministra encargó un estudio de la situación antes de avanzar con las decisiones.
A aquel anuncio de enero pasado, se suma las recientes declaraciones de Josep Piqué, presidente de Vueling y exministro de Industria de la anterior administración del Partido Popular español, quien propone una gestión individualizada de cada aeropuerto y un sistema de competencia. Según Piqué, una eventual privatización tal como la había diseñado el socialismo antes de dejar el gobierno “por sí sola no basta, porque hay algo peor que un monopolio público… uno privado.”
Piqué propone un modelo de descentralización con gestión “individualizada” de cada aeropuerto para que pueda existir una cierta competencia.