La ciudad de Venado Tuerto tiene una gran experiencia y efectividad en el uso de las herramientas para controlar al Aedes aegypti, el mosquito que transmite el dengue que asuela al país con creciente virulencia. La estrategia de esa ciudad santafecina incluye a los aviones aeroaplicadores, y la buena noticia es que otros distritos se suman a la lista de los que se deciden a prevenir y proteger a los ciudadanos por todos los medios a disposición.
“En Venado, tanto para gobierno anterior como para la gestión actual, pulverizar los mosquitos fue una prioridad, se podría decir que es una ‘política de Estado’. Se combate de acuerdo a un programa que contempla equipos terrestres de la municipalidad y aviones agrícolas”, nos dice Raúl Vanucci, fundador, junto a su socio Aldo Muscolini, de Aviagro, una empresa que nació en 1989.
“Este año hemos realizado 5 aplicaciones contra el mosquito Aedes aegypti. Los tratamientos se realizaron en toda la ciudad y sus periferias. La municipalidad coordinó la logística, además comunicó a la población durante los 5 días previos a la aplicación lo que se realizaría”, agregó Vanucci, un piloto con 39 años de experiencia que hoy es secundado en la empresa por sus hijos Angelo y Gastón, también pilotos aeroaplicadores, y su esposa Marisa, puntal de la administración.
América, en la provincia de Buenos aires, es otro ejemplo a destacar por la utilización del avión agrícola como componente clave para el control del mosquito. Allí, la empresa El Cosaco Servicios Aéreos, de Jesús, Diego y Manuel Castro, tuvo que salir poco menos que de urgencia. “El presidente del Consejo Deliberante nos llamó para asesorarse sobre el uso del avión ante una creciente proliferación de mosquitos. Lo asesoramos con mucho detalle enumerándole todos los beneficios y posibilidades que brindan las aeronaves agrícolas para controlar una plaga. Luego de despejadas las dudas, el funcionario nos preguntó si podíamos hacer una aplicación inmediata”, responde, Diego Castro a Aeromarket.
“A continuación nos pusimos en contacto con la gente de Fearca (Federación Argentina de Cámaras Aeroagrícolas) porque sabíamos que se había elaborado un protocolo específico. Nos asesoraron y seguimos las indicaciones al pié de la letra”, agrega Castro.
Los memoriosos de América recuerdan que en 1983/84 se utilizaron aviones para enfrentar una importante plaga de mosquitos, pero luego se dejó de lado esta herramienta a pesar de la creciente presencia de dengue. Ahora la situación se complicó y las autoridades acudieron a varios especialistas para asesorarse, llamaron a la empresa aeroaplicadora y tomaron una decisión que resultó muy exitosa. “Junto a la secretaría de Producción se determinó pulverizar el perímetro urbano. Se convino realizar el trabajo lo más tarde posible ya que se busca que el producto, cuya formulación es la misma que la del aerosol que se usa en casa, quede suspendido para neutralizar la mayor cantidad de mosquitos en el aire. En este caso se realizó a las 18 horas. También se aplicó sobre el pueblo dado que las distancias que indica el protocolo se podían respetar”, le explica Castro a Aeromarket, al ampliar los detalles sobre la forma que se ejecutó la operación.
Hay que destacar que la familia Castro no quiso cobrar por el servicio realizado: “El trabajo fue contratado por la municipalidad, pero la familia decidió no cobrarlo. Nos pareció que la municipalidad ya enfrenta suficientes problemas, además, este es el pueblo donde nacimos, de acá somos, nos conocemos todos, cómo no íbamos a ayudar”, dice en tono casi de confesión Castro, que no está seguro de querer que se conozca ese “detalle”, aunque lo convencimos de dejar en manos de Aeromarket la decisión final al respecto.
Al conversar con vecinos se constató que el alivio se notó rápidamente. Si bien el mosquito no se puede erradicar completamente con un solo tratamiento, la mayoría quedó muy conforme. Lo que correspondería hacer es reiterar la aplicación cada 6/8 días, pero no siempre se logra hacer eso por las presiones de activistas que, si bien son minoría cuando una nube de peligrosos mosquitos acecha, logran interesar a una cierta audiencia con relatos sobre consecuencias de la aeroaplicación que nunca llegan a probarse.
En el norte de la Argentina las enfermedades causadas por el Aedes aegypti afectan a cada vez más a un creciente número de personas. En Las Lajitas, provincia de Salta, una empresa de 40 años de trayectoria, AeroSoluciones, de la familia Camarda, acaba de inaugurar la incorporación del avión a la lucha contra el mosquito vector que pica y contagia. La empresa fue muy proactiva para llegar a concretar esta primera experiencia de control de la causa que provoca el dengue y otras terribles enfermedades. “Tenemos una gran cantidad de casos, incluso el intendente fue contagiado. Nosotros realizamos una presentación ante las autoridades y luego nos llamaron. No cobramos por nuestro trabajo, fue gratis, pero cuando se enteraron de eso en la zona nos llamaron de todas partes, aunque, al explicar cuáles eran nuestros honorarios, los llamados y el interés cesaron. Sucede que una sola empresa no puede atender gratis a toda la región”, explica Fernando Camarda a Aeromarket, y nosotros agregamos que los recursos que se destinan para tratar a los infectados, sumados al riesgo de vida concreto, hacen que la inversión preventiva sea claramente la menos costosa.
Como todas las empresas serias y registradas, AeroSoluciones, se ciñó al protocolo propuesto por Fearca y utilizó productos aprobados por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria). “El procedimiento desde lo administrativo fue el siguiente –dice Fernando Camarda–: la municipalidad emitió una resolución y se firmó un contrato de trabajo que excluyó a la empresa de toda responsabilidad. Las autoridades se ocuparon de comunicar que se pulverizaría el pueblo a primera luz del día y todos tomaron los recaudos necesarios, aunque el producto utilizado es de bajísima toxicidad”.
Al preguntar sobre los trámites de autorización ante la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), la respuesta no fue homogénea. Raúl Vanucci realizó el trabajo antes de las restricciones que instrumentó la autoridad aeronáutica con motivo del Covid-19, pero considera que para el combate del Aedes aegypti una empresa habilitada no debería pedir ninguna autorización especial toda vez que un municipio solicite sus servicios. “¡Esto es parte de la salud pública!”, dice enfáticamente el empresario.
Para la gente de El Cosaco Servicios Aéreos, la solicitud de excepción para realizar tanto este trabajo como otros vinculados a la producción agrícola, se resolvieron con rapidez.
En el caso de Fernando Camarda, en este caso manifestándose como presidente de CANOA, la cámara que reúne a los aeroaplicadores del noroeste, la ANAC “parece ser enemiga de los aeroaplicadores. Es cansador renegar con los mismos problemas en todos los gobiernos. Cuando se logra que un equipo comprenda nuestro trabajo y aceptarse gran parte de las soluciones que proponemos, cambia el gobierno y volvemos a foja cero o a una situación peor aún”. Camarda, como tantos otros en la aviación, aspira a la mayor profesionalización de la ANAC para que haya continuidad en las decisiones. Hay que recordar que la aeroaplicación al norte del paralelo 29º, sigue sufriendo por la falta de armonización del Operativo Fronteras contra el narcotráfico.