Mucho hemos escrito en Aeromarket sobre el Solar Impulse, nuestras últimas entregas fueron en la edición Nº 182, de junio del año pasado, sin embargo el proyecto sigue adelante con nuevos desafíos y objetivos por alcanzar al calor del sol.
El pasado 20 de diciembre, el equipo cumplió otra de las metas al volar durante 72 horas, en forma ininterrumpida, en una simulación de vuelta al mundo, un hito en el largo recorrido que llevará al proyecto a recorrer los cielos del globo terráqueo en 2015, siempre potenciado por la energía de Febo.
Fueron tres días de vuelo, en las que el suizo Bertrand Piccard, uno de los pilotos del artefacto y líder y mentor del proyecto, logró probar –y tal vez probarse– que el prolongado vuelo puede realizarse sobreponiéndose a lógicas limitaciones físicas y psíquicas.
“Esta experiencia ha representado un entrenamiento de importancia fundamental para la vuelta al mundo … (se trató de una prueba) extremadamente difícil”, declaró Bertrand a su salida del simulador donde había pasado tres días enteros.
El año pasado, André Borschberg, el otro piloto, también había sido protagonista de una travesía sobre el Atlántico, ambos vuelos se pudieron realizar gracias a un sistema informático de simulación especialmente diseñado.
La prueba tuvo lugar en Dubendorf, en la periferia de Zúrich, donde el nuevo modelo del avión solar que circunvalará el planeta, está en construcción.
Piccard fue sometido a una larga serie de pruebas, supervisadas por especialistas, para evaluar las cuestiones relativas al cansancio, la ergonomía de la cabina de pilotaje, la alimentación, la utilización de sanitarios y la capacidad para mantenerse vigilante.
Otro de los aspectos que se proponían controlar fue el de la salud para diseñar ejercicios durante el vuelo que permitan evitar la trombosis y sostener niveles de atención razonables en una situación de falta de sueño muy significativa.
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