Argentina está catalogada como Categoría 1 en Seguridad Operacional por la Federal Aviación Administración (FAA) norteamericana desde 2006. Fue Michael Rosenbaum, el funcionario americano que informó a las autoridades locales que el país abandonaba la vergonzosa categoría 2 que supimos conseguir en 2002. Estar en la Categoría 1 implica que los EEUU y su industria reconocen que la Argentina cumple con los estándares internacionales. Hace unos días, un portal que oficia de vocero de APLA, alertó sobre la posibilidad de que Argentina pierda la categoría concluida una auditoria de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Aeromarket acudió a un profesional con experiencia en la OACI que sigue de cerca lo avatares de ese ente dependiente de la ONU.
La fuente, que prefirió mantener su identidad en reserva , señaló:
“Seamosclaros, la categoría 1 o 2 la establece la FAA estadounidense, no la OACI. La OACI hace auditorias periódicas a los países –que pueden prorrogarse a solicitud- y allí evalúa el cumplimiento de los PANs, SARPs, SUPPs,[1] etcétera. Cada 10 años tiene la Auditoria del Programa Universal de Seguridad Operacional (USOAP, por sus siglas en inglés) donde evalúa 8 aspectos[2] y establece una puntuación final que es un promedio general que va de 0 a 100. OACI también observa el grado de honestidad que tiene un país. Puesto que se puede estar por fuera de la norma, pero es obligación informar a los stakeholders (partes interesadas) lo que se incumple. Reconociendo la cuestión, con planes y acciones creíbles para subsanar los observaciones se la califica al país. La calificación se mantiene en reserva por convenio con los países”. El experto consultado añadió: “Pasando a los Estados Unidos, la FAA tiene una auditoría denominada ‘Evaluación de la Seguridad en la Aviación Internacional (IASA)’ en la que se evalúa si un país controla o no a sus transportistas aéreos y si se cumplen con los estándares OACI. La evaluación independiente se realiza a través de 8 listas de chequeo con consideraciones sobre OACI. Con el análisis de los resultados se categoriza como 1 o 2 a un país y esa será la visión de la FAA sobre la Seguridad Operacional del país evaluado. Muchos señalan que las decisiones de ambos organismos son técnica, pero en mi opinión existe un cierto componente político.”
Ante la pregunta de AMKT sobre cuáles son las implicancias de perder la categoría, el profesional sentenció: “Perderla es grave. En lo inmediato implica restricciones de vuelo o el pago de seguros más altos para los aviones del país en cuestión lo cual suele derivar en incrementos de precios en los pasajes y la carga. También afecta la apertura de nuevas rutas a las aerolíneas americanas a ese país e incluso impedirse que se compartan códigos de asientos de vuelos operados allí. En lo mediato, la pérdida de la categoría es una mancha importante en términos internacionales y eventualmente una traba al desarrollo económico porque impide el crecimiento del transporte y afecta el turismo”.
Consultado sobre la posibilidad de que la Argentina la pierda, nuestro entrevistado expresó: “Argentina tiene 2 instancias a trabajar, la auditoria y después la FAA. Hay que ver la realidad técnica y un poco la capacidad de maniobra de los funcionarios. En mi opinión, considerando lo técnico, Argentina no está en una situación como la del 2002. En aquel tiempo la normativa estaba fragmentada, no tenía todos los procedimientos publicados fidedignos, los servicios de navegación aérea eran de la Fuerza Aérea, que además era la autoridad aeronáutica con rol de juez y parte, no había radares, etcétera. Se podría decir que la situación era peor que la actual. Ahora hay una cierta evolución, existen entes específicos como EANA; procedimientos PBN en casi todos lados (básicamente mérito de la tecnología), se abordó la cuestión de las emisiones- que es importante para la ONU-; está mucho más radarizado, aunque con radares secundarios y algunas cuestiones de homologación, los radares están. Lo anterior no implica que está todo bien ni que las cosas se podrían haber hecho muchísimo mejor, más aún si se han aplazado auditorias y si se debe dinero del canon a OACI. Habría que ver qué compromisos se firmaron y cuales se cumplieron o no. En cuanto a las LAR (Reglamento Latinoamericano). Recuerdo que ARMKT publicó en 2018, un informe revelador que en Argentina había una resolución TCAS cada 4,7 días y lo de la operación de Aeroparque cada 2 minutos, si esos datos se confirmaran hoy el pronóstico sobre lo que haría la FAA sería muy sombrío. Hoy eso no puede existir dado que hay muchos menos vuelos. De EANA (Empresa Argentina de Navegación Aérea), para mí el tema comunicaciones es el punto más débil.
”Respecto de ANAC los problemas actuales son enormes y difíciles de justificar, es imposible enumerarlos acá, pero cada semana se pueden leer en ARMKT. Los puestos no son ocupados por profesionales serios, el nepotismo reinante y el clientelismo político es inadmisible aunque se le pueda ocultar a los auditores internacionales. La falta de concursos públicos para cargos de importancia sí es observado por los auditores. La anterior gestión Insausti fue muy mala y la actual un desastre.
”Dije que hay aspectos políticos, yo no soy un analista político pero parece que la administración Biden ha sido muy benévola con Argentina a pesar de los desaires. Quizás no quieran abrir otro frente de conflicto para que el país no se radicalice. Pero a nivel aeronáutico, las restricciones de volar a la Argentina en pandemia, el tema de las bandas tarifarias y el apoyo explícito de Tamburelli al candidato mexicano para OACI podrían llegar a pesar”.