Un nuevo consorcio de empresas impulsará desde Nueva Zelanda una tecnología basada en el hidrógeno. Los socios en el proyecto son el líder aeroespacial Airbus, la compañía global de energía verde Fortescue Future Industries (FFI), la aerolínea Air New Zealand, la compañía de energía de tecnología de punta Hiringa Energy, los pioneros en soluciones del hidrógeno líquido Fabrum y el aeropuerto Christchurch, la principal ciudad de la isla sur de Nueva Zelanda.
El Hydrogen Consortium, tal su nombre, se basará en el aeropuerto de Christchurch, en donde se está construyendo un recinto de energía renovable de 400 hectáreas llamado Kowhai Park.
El director ejecutivo del aeropuerto de Christchurch, Justin Watson, dijo en el lanzamiento de Hydrogen Consortium –y en línea con la corriente dominante respecto del CO2– que el cambio climático ha fortalecido aún más la determinación del sector de la aviación internacional de descarbonizarse.
Por su parte, Airbus aportará su expertise en materia de aviación verde, ya está trabajando para desarrollar y poner en servicio el primer avión comercial de pasajeros del mundo propulsado por hidrógeno en 2035. En estrecha cooperación con sus socios, Airbus tendrá en cuenta los requisitos de hidrógeno de la aviación en Nueva Zelanda, donde utilizará su concepto de centros de hidrógeno en los aeropuertos. El fabricante de aeronaves europeo, se ha comprometido, tanto con los actores de la aviación como con toda la comunidad, a realizar una evaluación completa de las necesidades de suministro de energía para permitir la operación de aviones propulsados por hidrógeno.
La vicepresidenta del ecosistema ZEROe de Airbus, Karine Guenan, dijo que el viaje hacia la aviación sostenible requiere que se establezca un ecosistema completo que involucre a actores clave de una variedad de sectores. «El consorcio que estamos construyendo reúne a varios socios pioneros con un interés común: hacer realidad la aviación impulsada por hidrógeno en Nueva Zelanda”, dijo Guenan.
La compañía neozelandesa Fabrum también es parte del consorcio. Fabrum participó recientemente del proyecto Emirates Team New Zealand (una especie de lancha de alta velocidad impulsada por hidrógeno), y en esta oportunidad aportará un tanque de combustible para el hidrógeno líquido que es suficientemente liviano como para ser utilizado en la aviación. El cofundador de esa compañía, Christopher Boyle no tiene dudas de que el futuro de la aviación limpia descansa sobre los hombros del hidrógeno verde.
Otra empresa que integra esta unión en pos del uso del hidrógeno en la aviación es Hiringa Energy, una compañía pionera en el desarrollador, producción y provisión de hidrógeno verde, que está construyendo parte de la infraestructura clave para apoyar la transición de Nueva Zelanda al hidrógeno verde en múltiples sectores de transporte, incluidos la aviación, el transporte marítimo y el de camiones por carretera. Las primeras cuatro estaciones de producción y reabastecimiento de combustible de alta capacidad de Hiringa estarán en línea este mismo año, mientras que para 2024 se prevé una gran expansión a nivel nacional. El director ejecutivo de esta compañía, Andrew Clennett, dijo en la reunión de lanzamiento de Hydrogen Consortium, que la adopción del hidrógeno verde se está acelerando en todo el mundo y que Nueva Zelanda está bien posicionada para ser líder en este nuevo escenario.
Durante los próximos seis meses, los socios trabajarán juntos para diseñar un ecosistema de hidrógeno para la aviación en Nueva Zelanda. La primera fase, que se completará en 2023 se centrará en la investigación.
Las primeras acciones
En un comienzo, el consorcio desarrollará una visión para la aviación de hidrógeno en Nueva Zelanda, examinará la cadena de suministro de hidrógeno y sus desafíos, evaluará las necesidades de hidrógeno proyectadas para el mercado local de aviación con metas hacia 2050, establecido eso, desarrollará un camino de políticas, regulaciones e incentivos para promover el desarrollo de la aviación de hidrógeno. En buen romance, los contribuyentes financiarán parte del proyecto.
La segunda fase se centraría en realizar los vuelos de prueba de aviones impulsados por hidrógeno en Nueva Zelanda. En ese sentido, Air New Zealand tiene dos objetivos ambiciosos: realizar su primer vuelo de demostración comercial a partir de 2026 y comenzar a reemplazar sus aviones turbohéices Q300 por aeronaves de bajas emisiones. En línea con esos planes, el director de sustentabilidad de la aerolínea, Kiri Hannifin, dijo que el trabajo del consorcio será importante para que Air New Zealand logre esas ambiciosas metas.
El CEO de Fortescue Future Industries (FFI), Mark Hutchinson, que también participó del lanzamiento, dijo que la unión de organizaciones tan dinámicas marcó un momento significativo en la búsqueda de viajes aéreos libres de combustibles fósiles. “Fortescue Future Industries es una empresa global de tecnología y energía verde que aportará al consorcio su conocimiento en energías renovables a gran escala, y producción y suministro de hidrógeno verde sin emisiones”, dijo Hutchinson. “Tenemos la misión de eliminar los combustibles fósiles, incluso de la industria de la aviación, y el hidrógeno verde es la clave para lograrlo, agregó. “El hidrógeno verde y la energía verde es una solución práctica que se puede implementar pronto (ahora) debemos competir para entregarla a escala. Todos los miembros del consorcio tienen una experiencia extraordinaria y un compromiso con la descarbonización de los viajes aéreos y juntos creemos que podemos desarrollar un camino para que Nueva Zelanda se convierta en un pionero mundial en esta búsqueda”, concluyó Mark Hutchinson.
Desde hace años sigo el desarrollo de combustibles en reemplazo de los de origen de componentes fósiles. De los proyectos que he tomado conocimiento y de los comentarios y evaluación de especialistas en la materia, considero que el Hidrógeno Verde sera el líder en la descarbonización de los combustibles de aviación con cero emisión de gases pos combustión a futuro.