En los casi 110 años transcurridos, el progreso en la investigación de accidentes de aviación, en su análisis y en su producto, el informe final de la investigación, ha sido prodigioso y ha ubicado al proceso en un rol de preponderancia en cuanto a su contribución a la seguridad del transporte aéreo. Sin embargo, en los últimos años la irrupción en la industria aeronáutica de nuevas ideas sobre la gestión de la seguridad –que han sido transferidas a otros modos de transporte– ha puesto en duda la continuidad el rol protagónico que la investigación y el análisis de accidentes han tenido históricamente como fuente de retorno de experiencia, en comparación con el protagonismo de la gestión de la seguridad al mismo efecto.
El dinamismo de la aviación contemporánea –y de la industria del transporte en general– hace que cualquier proyección de futuro sobre cuál será la contribución de la gestión de la seguridad como fuente de retorno de experiencia difícilmente pase de conjetura, pero independientemente de conjeturas, hay una realidad de pasado y una certidumbre de futuro que son difíciles de contradecir.
La crónica entrelaza la noción de la causa probable con otras dos nociones fundamentales de sistemas: sistema técnico y sistema sociotécnico, y su influencia en “formatear” el contexto en el que tiene lugar el análisis de accidentes. El entrelazado de causa probable, sistema técnico y sistema sociotécnico conforma el plano de obra de la crónica, ayuda a entender por qué la noción de la causa probable fue central en el pasado, y a dimensionar –si fuese necesario– su rol en el presente y futuro del análisis de accidentes.
El objetivo del libro “La causa improbables” –el segundo en una serie sobre la seguridad en el transporte desarrollada bajo los auspicios del Instituto de Transporte (IT) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)– queda así presentado y acotado: presentar una crónica histórica rigurosa, elaborada sin pasión ni prejuicio, sobre cómo y porqué la causa probable del accidente del sistema técnico, donde las fallas hablan en voz fuerte y clara y rara vez se repiten, por lo que cada accidente es algo “nuevo”, fue lentamente convirtiéndose en la causa improbable del accidente del sistema sociotécnico, donde las fallas hablan en susurros y se repiten, al extremo que no hay accidentes “nuevos”. De paso sea dicho, este objetivo es válido para todos los modos de transporte, habida cuenta de sus respectivas historias y particularidades e independientemente de idiosincrasias.