Las contradicciones de Aerolíneas Argentinas

¿Hay que viajar o no hay que viajar? ¿Para qué tenemos a Aerolíneas Argentinas? • Por Pablo Luciano Potenze *

Imagen Karina Mittelmann

La flamante Ministra de Economía acaba de decir en su primera presentación ante la televisión, la semana pasada, que “el derecho a viajar colisiona o tensiona con el derecho a la generación de puestos de trabajo”. No aclaró que estaba hablando del derecho a viajar al exterior, pero todos lo entendimos así, porque luego propuso que la gente viajara al interior.

Más allá de esta declaración, que causó inquietud en muchos sectores, la funcionaria no puede ignorar que para sostener este derecho a viajar que critica el Estado tiene una línea aérea que le cuesta alrededor de dos millones de dólares diarios, una cantidad interesante para la generación de puestos. Es una contradicción.

Suponemos que la ministra estudió las estadísticas que publica el INDEC sobre entrada y salida de turistas, que muestran que la Argentina es un país claramente emisivo en este aspecto, incluso en 2020, cuando no viajaba nadie, y es de pensar que —independientemente de dónde y cómo compren y vendan sus dólares los viajeros argentinos y extranjeros— el balance contable es, como piensa Batakis, negativo.

No habló de Aerolíneas, pero indicó que las vacaciones debían ser dentro del país, una posibilidad de uso permitido a la empresa estatal.

Figura 3. Balance turístico Argentino (en cantidad de pasajeros) en donde se advierte que aún durante la pandemia, cuando no viajaba nadie, el saldo es siempre negativo.

 

Pocos días después la vicepresidenta de la Nación, en un acto organizado para inaugurar un cine en El Calafate, hizo una encendida defensa de Aerolíneas Argentinas y su aporte (indirecto) a la economía nacional, sosteniendo que la empresa traía turistas que dejaban dólares en las exhaustas arcas de la Nación. Aunque planteado de otro modo, esto es exactamente lo opuesto de lo que sostuvo la ministra.

Las palabras de Cristina están avaladas por un estudio denominado The economic impact of Aerolíneas Argentinas hecho por Oxford Economics, una consultora dependiente de la Universidad de Oxford, cuyos servicios fueron requeridos por Aerolíneas Argentinas en 2015, en el que se dice que Aerolíneas/Austral, a través de sus conexiones domésticas e internacionales, había hecho en 2014 una contribución sustancial para la economía del país, tanto en el PBI cuanto en el empleo.

El trabajo dividía el impacto económico en inmediato y catalítico, generado a través del turismo y otras cadenas de valor, y sostenía que en 2014 —antes de la pandemia— Aerolíneas/Austral, por cada dólar de gasto operacional había generado cerca de tres dólares de valor agregado y que por cada trabajador de la misma había 2,7 trabajadores adicionales en algún lugar de la Argentina.

Figura 4. Portada del informe de Oxford Economics sobre el impacto económico de Aerolíneas Argentinas. La presencia del logo de la empresa en el diseño sugiere que el trabajo fue encargado por ella.

Este documento, que llegó tarde porque casi en seguida ocurrió el cambio de gobierno, fue la herramienta teórica que usó la conducción kirchnerista para justificar las pérdidas de su gestión y fue citado repetidamente en conferencias y escritos que vinieron después sobre las pérdidas contables de Aerolíneas/Austral. El discurso de la vicepresidente repitió los mismos argumentos.

Lo que no dice Oxford es qué pasaría si en lugar de Aerolíneas la oferta la hiciera otro operador cualquiera. La tradición del discurso oficialista dice que en este caso se destruiría la conectividad y las tarifas de las pocas rutas que quedarían serían más altas, pero un vistazo de lo que ocurre hoy en casi toda América Latina (Brasil, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, etcétera) nos muestra que varias empresas privadas compiten por una masa de pasajeros que crece, y las tarifas tienden a caer. De alguna manera y en otra escala esto está pasando entre nosotros con Flybondi y JetSmart.

La contradicción

En menos de una semana hemos oído, de parte de las más altas autoridades del país, una defensa de Aerolíneas Argentinas y un ataque a los viajes internacionales, que es lo que hace la empresa. Es difícil de compaginar y lo primero que sugiere es que no hay ninguna planificación coordinada sobre para qué queremos tener una línea aérea estatal.

Pero la línea aérea estatal existe y actúa, probablemente (no estoy seguro), siguiendo directivas oficiales. Y en esta actuación se revive cuando miramos las rutas que ha decidido operar en sus redes internacional y doméstica.

La primera está formada por una mayoría de destinos que son tradicionales del turismo argentino emisivo en los que puede pensarse que el país pierde en el balance (Cancún, Curitiba, La Habana, Lima, Madrid, Miami, Porto Alegre, Punta Cana, Punta del Este, Roma, Salvador de Bahía, Santiago). El resto, aunque tienen una componente turística, tienen más connotaciones administrativas y étnicas (Asunción, Bogotá, Brasilia, Montevideo, New York, San Pablo, Santa Cruz de la Sierra).

Detrás de esto, hay realidades tristes. Por un lado Aerolíneas necesita vender, y estas ciudades tienen viajeros asegurados, aunque sean argentinos que se llevan las divisas y colisionan con el derecho a crear trabajo. Por el otro, no puede cobrar tarifas altas, porque hoy son rutas muy competidas, y la verdad es que si desapareciera en ellas nuestra oferta de bandera, aparecería otra, como ocurre en todo el mundo.

Muy distinta es la posición de Aerolíneas Argentinas en el ámbito doméstico, donde esta temporada invernal tiene una interesante oferta de vuelos que no pasan por Buenos Aires digna de ser resaltada y que avala la posición de la ministra cuando dice que hay que viajar en el país.

Finalmente, también hay que destacar una incipiente vinculación entre ciudades del interior y Brasil, que puede ser el comienzo de nuevos mercados para nuestros centros invernales.

Lástima que todo esto resulte tan caro para los contribuyentes y  que, por eso, colisione con el derecho a generar trabajo

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1 comentario
  1. Oscar dice

    Lamentablemente AR no es una isla en lo que a deficiencias administrativas se refiere. ¿Hubo en los últimos 50 años algún gobierno ordenado,eficiente y si se quiere honesto y patriota en Argentina??? Y…….seguimos con la novela de AR!!!!!

Comentarios

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