A partir del 21 de diciembre la Federal Aviation Administration (FAA) abrirá el registro federal de drones, al menos eso es lo que anunció hace pocos días el organismo que rige a la aviación civil en los Estados Unidos.
La normativa exige registrar las aeronaves no tripuladas que van de los 250 gramos de peso hasta los 25 kg incluidos los objetos que porten.
El procedimiento que la FAA estableció es el de registrar los drones a través de una página web o por correo convencional, pagando una suma que ronda los US$ 5.- El ente gubernamental ha otorgado un incentivo para que los propietarios de estos aparatos cumplan con las normas lo antes posible al eximir del pago del arancel a todos los que se registren antes del 20 de enero de 2016.
Dado que se sabe que el mercado de los drones está creciendo en forma vertiginosa y se espera que para la Navidad muchos obsequien este tipo aparatos, la FAA ha dispuesto que quienes compren estas aeronaves no tripuladas después del 21 de diciembre, deberán registrarlas antes de realizar el primer vuelo.
Finalizado el trámite de registro la FAA emite un certificado con una matrícula o número de identificación único que deberá estar debidamente escrita en el aparato.
«Un registro nos da la oportunidad de trabajar con estos usuarios para que operen sus aeronaves sin tripulantes de forma segura. Estoy entusiasmado de darle la bienvenida a estos nuevos aviadores a la cultura de seguridad y responsabilidad que define la innovación estadounidense», dijo Antony Foxx, Secretario de Transporte de los Estados Unidos.
Con el registro se da un paso trascendental que traza una línea entre la mera comunidad de aficionados que se divierten volando aparatos a control remoto y los usuarios de drones para dar la bienvenida a una industria comercial con un mercado potencial de decenas de miles de millones de dólares, a la vez que establece que los dispositivos son más que juguetes por lo que su uso inapropiado podría tener consecuencias muy serias.
Todo lo que rodea a los drones para uso civil está siendo objeto de grandes debates y controversias en los Estados Unidos y en el mundo. Las discusiones van desde las que atañen a los derechos civiles y la intimidad de las personas, hasta los temas inherentes a la seguridad operacional. Sin dudas los drones han llegado para quedarse, pero hay que reconocer que se está ante una situación desconocida de la que se aprende a medida que su utilización crece y la experiencia en base a prueba y error se va acumulando. La obsesión de los responsables de la seguridad en materia de aviación es que estos aparatos no afecten la seguridad de las personas, los bienes en tierra y el espacio aéreo, en ese sentido el registro de drones sería un primer paso para fomentar la seguridad y establecer quién es el responsable de cada aeronave.
El registro no tiene por objeto único ser un instrumento de eventual castigo, sino que también busca establecer un contacto con los usuarios de drones para ayudarlos a comprender la importancia que tiene el capacitarse y conocer la mejor manera de utilizar estos vehículos en forma segura. En ese sentido, la FAA se propone enviar recomendaciones y actualizaciones a la normativa a todos los registrados.
Una de la curiosidades que surgen en los Estados Unidos, país que tal vez sea el que más está creciendo en materia de aeronaves sin piloto, es que varios investigadores independientes del Estado quieren ayudar en su identificación. Por ejemplo, un equipo de la Universidad de Berkley, California, trabaja en un proyecto que utiliza placas con luces LED que titilan en un patrón personalizado vinculado con el responsable registrado del dron, el cual puede ser descifrado rápidamente a través de una cámara especial que podría identificar y eventualmente enviar una alerta ante el uso inapropiado de un dron e incluso establecer multas automáticas a quienes incurran en violaciones a las normas.
No todas son luces en materia de normas ya que muchos usuarios han criticado el registro como una violación a la ley que prohíbe a la FAA regular a los drones recreativos y crear una carga innecesaria para los propietarios de aviones no tripulados. Esos grupos asociados tienen su poder de lobby y podrían interferir con los planes de la FAA.
Como se ha sugerido, todo está en “pañales” y en esto, como en tantos temas, se hace “camino al andar”.
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