Los suizos, Bertrand Piccard y André Borschberg, pioneros en la aviación propulsada por la energía del sol, lograron unir las dos costas de los Estados Unidos, al aterrizar en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, el pasado sábado 6 de julio. El raid había comenzado el 3 de mayo, en Moffer Airfield, California.
El último tramo de la travesía llevó unas 18 horas de vuelo, había partido del último punto alcanzado en la anterior etapa: Washington D.C.
André Borschberg fue el piloto del vuelo entre la capital de los Estados Unidos y la Gran Manzana, fue él quien en pleno vuelo, el sábado por la tarde, descubrió un problema de balance que, gracias a una imagen tomada desde un helicóptero confirmó que el origen del problema era una rasgadura del 2,5 metros en la parte inferior del ala izquierda: «este tipo de problemas es inherente en toda empresa experimental, hubo que tomar decisiones pero no nos impidió completar la misión a través de Estados Unidos”, dijo Borchberg en reunión de prensa.
“El vuelo de costa a costa siempre ha sido un hito mítico pleno de retos para los pioneros de la aviación … Durante esta travesía tuvimos que hallar soluciones para muchas situaciones imprevistas, lo cual nos obligó a desarrollar destrezas y estrategias novedosas”, agregó Piccard, el otro piloto que voló el Solar Impulse en “piernas” anteriores y quien, visiblemente emocionado, finalizó: “… quizá, si no tuviese diez cámaras apuntándome, me pondría a llorar”.
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