A un año de la misteriosa pérdida del MH370, de Malaysia Airlines, Australia, Indonesia y Malasia, intentarán mejorar el rastreo de aeronaves en zonas remotas del océano, según lo aseguró el ministro australiano de Transporte, en una reciente conferencia.
La encargada de llevar adelante las pruebas necesarias para establecer un nuevo método de rastreo será Airservices Australia, la agencia gubernamental que gestiona el espacio aéreo de ese país.
La idea es trabajar junto con sus contrapartes malasias e indonesias, en la ejecución de pruebas que posibilitarían que los aviones sean controlados cada 15 minutos en vez de los 30 / 40 de los sistemas actuales.
La tecnología a utilizarse sería satelital aprovechando que el 90{85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} de las aeronaves que realizan vuelos de larga distancia cuentan con equipos que pueden responder conforme a las exigencias del proyecto.
La prueba incrementaría la frecuencia en la que los aviones reportan automáticamente su posición, lo que permite que los controladores del tráfico aéreo puedan rastrearlos mejor.
«Esto no es una bala de plata», comentó Agnes Houston, titular de Airservices Australia, «pero se trata de un paso importante en los esfuerzos por ofrecer mejoras inmediatas a la manera en que rastreamos actualmente las aeronaves, mientras aguardamos el desarrollo de soluciones más completas».
No existe un requisito para el rastreo en tiempo real de vuelos comerciales y desde la desaparición del Vuelo 370, reguladores del tráfico aéreo y aerolíneas han tratado de llegar a un acuerdo sobre la manera en que los aviones deberían ser rastreados.
Como se recordará, el vuelo de Malaysia Airlines desapareció cuando realizaba un vuelo de Kuala Lumpur a Beijín, con 239 personas a bordo. La desaparición ocurrió en circunstancias poco claras, ya que el sistema de radar del avión interrumpió la señal, para luego cambiar el rumbo, y desaparecer en algún lugar del Índico.
Una de las investigaciones que ser realizaron para establecer qué ocurrió con aquel fatídico vuelo, fue la de un equipo internacional de expertos que analizó una serie de transmisiones realizadas cada hora entre el avión y un satélite, lo cual permitió determinar que la aeronave viajó durante otras siete horas antes de desaparecer en algún punto dentro de una zona remota de 60.000 kilómetros cuadrados (23.000 millas cuadradas) en pleno océano.
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