Embraer, de Brasil y la norteamericana Boeing, acordaron llevar a cabo un programa de investigación y desarrollo de biocombustibles para la aviación. Brasil lidera ese segmento de la energía y ahora avanza para su aplicación en aeronaves.
Los representantes de los dos constructores aeronáuticos y la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de San Pablo (FAPESP) firmaron una carta de intención que vincula a las partes en la investigación en materia de combustibles de origen vegetal. El proyecto contaría con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
No es la primera aproximación entre las empresas, la cooperación entre el gigante de Seatle y la tercera compañía en la fabricación de aeronaves comerciales, parece ser una tendencia. El año pasado hubo rumores –sin confirmación ni desmentidos oficiales– que mencionaron que en un futuro no muy lejano las estrategias de ambas podría complementarse.