Boeing se lanzó, a instancias de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), al diseño de una nave híbrida a la que denominó SUGAR Volt (Subsonic Ultra Green Aircraft Research) Volt, como alternativa futura a las aeronaves de propulsión tradicional.
En este caso, el avión sería propulsado por una turbina dual alimentada con combustible convencional para el despegue que funcionará con electricidad una vez que la aeronave alcance la velocidad de crucero. Se estima que ese proceso permitirá una reducción en el consumo de combustibles del orden del 70{85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} y una sustancial reducción del ruido, todo lo cual redundará en una reducción del impacto ambiental.
Por ahora el gran desafío está en el desarrollo de las baterías que serían necesarias para acumular energía, las cuales se cargarían en los aeropuertos entre vuelo y vuelo. Con la tecnología actual las mismas deberían ser de grandes dimensiones, lo cual limitaría los vuelos con la consecuente pérdida de rentabilidad. Sin embargo, se estima que se estará en condiciones de mejorar la capacidad de los acumuladores en un plazo razonable de investigación.
Entre otros de los elementos que se tendrán en cuenta, está el desarrollo de nuevas alas que permitirían duplicar la extensión de los vuelos. Se prevé que las nuevas ideas aerodinámicas y mecánicas posibilitarían una mayor sustentación, una más rápida elevación y se recogerían en distintos momentos, por ejemplo, al comenzar el descenso.
Hasta el momento, las líneas de investigación para mejorar el rendimiento han profundizado el uso de nuevos materiales compuestos, el desarrollo de combustibles basados en materias primas no fósiles, investigaciones con la “pila de hidrógeno” o metano, combustibles criogénicos y motores enfriados criogénicamente, entre otras innovaciones.
Fuente: www.energias-renovables.com
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