El “helicóptero” que aterrizó ayer a pocos metros de edificio del Congreso de los Estados Unidos, resultó ser un autogiro.
Al mando de Doug Hughes, un cartero del Servicio Postal Oficial de 61 años, la pequeña aeronave sobrevoló el Mall Nacional para posarse al oeste del edificio del Capitolio, vulnerando así todas la medidas de seguridad que se suponían impedían cualquier sobre vuelo de esta sensible zona restringida de la capital de los Estados Unidos.
Hughes había partido de Maryland para, luego de una hora de vuelo, dirigirse a la sede del Legislativo norteamericano y entregar una saca con cartas a los legisladores para que reformen las leyes de financiamiento de las campañas políticas.
Mientras el autogiro aterrizaba, la policía del Capitolio y la Casa Blanca llegaba al lugar. El público se mostró muy impresionado pero la detección del aparato por medios electrónicos fracasó estrepitosamente.
El cartero piloto manifestó a los medios que temía ser abatido por las fuerzas de seguridad en algún momento del vuelo o al aterrizar, por lo que tuvo que armarse de valor para ejecutar lo que había estado pensando por años.
La noticia a tenido una enorme repercusión en toda la nación. Los legisladores han quedado sorprendidos por las fallas en la seguridad y Dough Hughes ha logrado llamar la atención sobre su causa, todo gracias a un autogiro.
El autogiro o girocóptero, es una pequeña aeronave inventada por el español Juan de la Cierva en 1923, que parece un helicóptero. Consta de un rotor principal que es un ala giratoria que gira por efecto del viento relativo que lo atraviesa de abajo hacia arriba y es impulsado por un motor que mueve una hélice que se ubica normalmente detrás del puesto de mando.
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