Según la agencia France Press, el director comercial de Airbus habría dicho: “La arquitectura del Boeing 787 no está madura; no es un avión fiable … Parece obvio que este avión no es fiable y que sus sistemas no tienen madurez», habrían sido las palabras de John Leahy el pasado viernes en ocasión de la entrega del A330-300 número 1.000 a la compañía Cathay Pacific Airways.
«Tienen una arquitectura que no está madura y que se va haciendo progresivamente. Esto supondrá mucho tiempo, mucho dinero y numerosos vuelos cancelados. Y posiblemente haya que replantear algunos sistemas de a bordo», agregó Leahy.
Pensamos que las declaraciones del director comercial de Airbus son, cuanto menos, desafortunadas. El Dreamliner ha mostrado ciertos inconvenientes pero su desempeño, su éxito o su fracaso serán demostrados a través del tiempo. Está claro que a Boeing, tal vez la empresa con mayor experiencia en aviación, deberá remontar una cuesta muy empinada para rescatar al B787 de las dudas que han generado sus incidentes, pero las palabras de Leahy son ciertamente innecesarias y hasta de mal gusto: Las empresas venden por los atributos de los productos que fabrican y no por los defectos de la competencia.
Por otra parte, es difícil de procesar que un amante de la aviación transmita temor a una aeronave, sobre todo si la misma está certificada y es cubierta por pólizas de seguro, algo que garantiza probabilísticamente su seguridad.
Recordamos que desde estas páginas hemos defendido el A380 cuando se demoraba su puesta en servicio y consideramos “lógicos” los inconvenientes que surgieron en las uniones del fuselaje con las alas; también salimos en defensa del B787 cuando se demoró su desarrollo y críticos al presentarse los problemas que se produjeron. Pero, insistimos que las conductas de los representantes de una empresa manifiestan líneas de pensamiento que, en estos casos, son preocupantes.
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