Varios medios especializados informaron en los últimos días sobre la preocupación de EASA (European Union Aviation Safety Agency) por la ubicación del vital tanque de combustible central trasero del Airbus A321XLR. Para este innovador avión de fuselaje angosto y largo alcance que ha seducido a prácticamente todas las aerolíneas, el combustible que le permitirá alcanzar destinos a 8.700 km de distancia, se está convirtiendo en un serio desafío a resolver.
El problema planteado por EASA refiere a la ubicación del tanque de combustible y la protección contra incendios que presenta el diseño planteado por Airbus.
El tanque en cuestión almacenaría unos 12.900 litros de combustible y se ubicaría en la parte central trasera del avión, debajo de los pasajeros con asientos en ese sector, lo cual podría, según las regulaciones de EASA, requerir un aislamiento y ventilación especiales que Airbus considera difícil de lograr por falta de espacio.
Según EASA, el problema podría superarse si Airbus aísla de un potencial fuego la mitad inferior del fuselaje en torno al tanque de combustible central.
La información indica que el fabricante Boeing, competidor directo de Airbus, también habría objetado la ubicación del tanque, pero es sólo un dato más. Tal vez, el constructor norteamericano debería ser más prudente con su opiniones. Al menos hasta que pase la marejada del MAX.
El desafío está planteado y los ingenieros trabajan para satisfacer las regulaciones y observaciones de la autoridad aeronáutica.
Mientras tanto el atractivo avión de largo alcance sigue avanzando. A comienzos de febrero, el fabricante anunció que la producción de componentes y sistemas para el primer avión de pruebas en distintos países del mundo, estaba progresando según lo previsto.
