La BEA, Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil, por sus siglas en francés, investiga varios casos en los que estuvieron implicados aeronaves Airbus, los cuales podrían tener conexiones entre sí. La investigación incluye al avión de Air France que se accidentó sobre el Atlántico y que fuera rescatado hace algunas semanas luego de una extraordinaria búsqueda en las profundidades del océano.
La conexión más evidente se presentó entre aquel vuelo, el AF 447, y otro que partió desde Venezuela; en ambos, el piloto automático se desconectó y las tripulaciones habrían actuado en forma similar ante fallas simultáneas en la indicación de velocidad.
El propósito de la investigación sería establecer si se trata de un déficit en el entrenamiento de las tripulaciones o de un problema técnico que también implicaría las reacciones de los pilotos.
En el último dictamen de la BEA sobre el vuelo de Río de Janeiro a Paris, se especuló con una falla en la preparación de los pilotos.
El informe final recién se conocerá antes de junio de 2012.