El pasado domingo 20, la aerolínea Qantas realizó el vuelo más largo para una aerolínea al recorrer 16.200 km, la distancia que separa a Nueva York de Sydney. El vuelo, que se concretó en una aeronave Boeing 787-9 y transportó a 50 pasajeros y la tripulación, llevó 19 horas y 16 minutos.
La aeronave despegó del aeropuerto John F. Kenndy de Nueva York, el viernes por la noche y aterrizó en el aeropuerto Kingsford Smith, de Sydney, Australia el domingo por la mañana (en ambos casos horas locales).
Hasta esta nueva marca, el record lo tenía Singapore Airlines al cubrir la ruta Singapur-Newark en 18 hora 30 minutos.
A bordo del vuelo QF7879, viajaron científicos, investigadores, periodistas y 10 miembros de la tripulación.
El propósito de realizar este vuelo fue llevar a cabo una investigación científica sobre los pasajeros y la tripulación en un vuelo de ultra larga distancia para evaluar la salud y bienestar de todos, fundamentalmente de los tripulantes, y los períodos de descanso que se deben considerar en un vuelo de esta naturaleza. Qantas espera hacer más vuelos de investigación en los próximos meses.
La aerolínea tiene el propósito de establecer vuelos comerciales regulares que conecten las ciudades de la costa este de Australia, Sydney, Melbourne y Brisbane con Nueva York y Londres en 2022, con un ahorro de tiempo de alrededor de 4 horas, al evitar escalas intermedias.
El sindicato que representa a los pilotos internacionales de Qantas dijo que los datos recopilados en vuelos de prueba ultra largos no serán suficientes para ponderar la fatiga de vuelo en los pilotos.
El gremio de pilotos no está de acuerdo
La investigación que se propuso Qantas cuenta con la asistencia de la Universidad de Monash y el Centro de Investigación Cooperativa para la Alerta, la Seguridad y la Productividad. El objetivo de toda la investigación es convencer a la Autoridad de Seguridad de Aviación Civil de Australia de la factibilidad de realizar grandes tramos sin escalas.
Antes del primer viaje, la Asociación Australiana e Internacional de Pilotos advirtió que los tres vuelos de prueba aportarían un “conjunto limitado de datos que no reflejarían adecuadamente las condiciones de vuelo”. Según los representantes de los pilotos, antes de comenzar a volar regularmente es necesario un estudio científico de largo plazo para establecer fehacientemente el impacto sobre la tripulación.
Por su parte, Qantas dijo a través de un vocero, que los vuelos de prueba eran solo una parte del trabajo que la aerolínea estaba haciendo para evaluar cómo operar los vuelos de manera segura.
Air New Zealand por el mismo camino
Air New Zealand también está planificando vuelos ultra largos para 2020. La ruta que exploraría sería Auckland – Nueva York. Para realizar el vuelo también utilizaría aviones B787-9.
Según la aerolínea, el mercado norteamericano tiene un enorme potencial para crecer en pasajeros y turismo para Nueva Zelanda.