El proyecto Perlán II y la Argentina tienen algo en común: El aporte de la bendecida geografía de nuestro país. Fue por ese motivo que el pasado 13 de noviembre, en el Aeropuerto de El Plumerillo, se presentaron los detalles del vuelo que la tripulación del Perlan II llevará a cabo en el invierno de 2015, partiendo de El Calafate, para intentar batir el récord de altura de 50.000 pies, alcanzado por el legendario Steve Fosett, durante la anterior prueba Perlan I, y recoger información científica.
Perlan Project es el nombre de una organización “non profit” (ONG) que se creó para investigar las condiciones de la estratósfera utilizando planeadores diseñados especialmente para altitudes extremas, para luego aplicar los conocimientos científicos obtenidos a la aviación. Para ello, será necesario lograr romper la marca de altitud de vuelo en planeador intentando llegar a los 27.432 metros (90.000 pies). Para lograr las ambiciosas metas, el proyecto, ahora en su segunda etapa, volará desde El Calafate para aprovechar el fenómeno denominado “vórtice polar”. La nave, una suerte de planeador espacial, será remolcada hasta los 3.084 m (10.000 pies) para volar desde allí utilizando la onda de montaña.
La aeronave y equipos
El sofisticado planeador con que se llevará adelante el vuelo, ha sido construido combinando materiales como la fibra de carbono y un diseño aerodinámico que, entre otras cosas, permitirán la presurización a una presión estable de 15.000 pies.
El Perlan II volará en una situación cercana al vacío, con una densidad del aire menor al 2{85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce} comparada con la existente a nivel del mar. Es por eso que la aeronave deberá ser extremadamente fuerte y liviana, muy similar a lo que sería una nave espacial con una gran rigidez pero conservando una gran capacidad de flexibilidad.
Dado que el planeador volará al borde de la atmósfera –con una combinación de aire con bajísima densidad y temperaturas extremas que son prácticamente similares a las que se pueden encontrar en el medioambiente marciano–, el proyecto contempla la incorporación de equipos para el sostenimiento de la vida, que son propios de un vuelo espacial.
En la conferencia, Jim y Jackie Payne, los pilotos que llevarán a cabo el vuelo en 2015, señalaron que la velocidad a la que se deberán volar será del orden de los 45 nudos, evitando exceder los 50 kts; cabe destacar que la velocidad de pérdida de la aeronave es de 40 nudos y que a 45 de IAS (velocidad indicada) a FL900 el planeador alcanzará 0,65 Mach, una velocidad necesaria para mantener la sustentación del aparato. A esas velocidades las ondas de choque pueden producir la separación del flujo lo que a su turno podría perjudicar la performance de la aeronave, es por eso que el Perlan II requiere un diseño aerodinámico innovador y extremadamente eficiente.
Greg Cole, titular de la compañía Windward Performance, es el diseñador y constructor del Perlan II. Su empresa, basada en el estado de Oregon, es la única que fabrica planeadores en los Estados Unidos y su reputación es altísima gracias a la innovación en aeronaves pequeñas y el desarrollo de prototipos. En 2010, Cole ganó el Personal Aircraft Desing Academy Award, de la Experimental Aircraft Association, por su contribución en el diseño de aeronaves.
Las prácticas en 2014
Hacia fin de enero, el equipo estará entrenándose en nuestro país, más precisamente volarán en Chos Malal y Bariloche, utilizando un planeador modelo DG 1001. Buscarán recorrer grandes distancias y sostener vuelos de hasta 14 horas ininterrumpidas.
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