Socializar costos y optimizar ganancias

El lobby aeronáutico y la peligrosa bipolaridad que encabeza la NBAA • Por Luis Alberto Franco

«Sed liberales, sed socialistas; pero no seáis mentirosos».

Jacques Rueff

En una entrevista realizada por el programa radial Marketplace (Radio Nacional Pública – NPR) que tiene una audiencia de 6 millones de personas mensuales, el presidente y director ejecutivo de la National Business Aviation Association (NBAA), Ed Bolen, se despachó en contra de cualquier intento de privatización del sistema de navegación y tránsito aéreo de los Estados Unidos, atacando con especial vehemencia al prestador canadiense NAV CANADA.

https://www.airdispatchfbo.com/Bolen sería uno de los jerarcas corporativos que piensan en un capitalismo bipolar que clama por la socialización de los costos y la optimización de las ganancias de los más acaudalados. Es más, seguramente para estos señores lo ideal sería que hasta las pérdidas, si las hubiera, se distribuyan entre la ciudadanía para protegerse de todo riesgo.

«Tenemos un plan claro de la FAA (Federal Aviation Administration) para la implementación gradual de un sistema de control de tránsito aéreo completamente nuevo, y eso incluye aumentar considerablemente el número de controladores de tránsito aéreo», dijo Bolen a quienes lo entrevistaron en la radio.

La página de la NBAA presenta las declaraciones de su presidente y director ejecutivo, enfatizando que el Estado federal debería seguir siendo el que paga por el sistema de aeronavegación, a la vez que deja claro el poder de lobby que ha desplegado la aviación civil estadounidense en las últimas décadas.

«A principios de este año, la NBAA y casi 60 grupos de aviación se unieron para formar la Coalición Cielos Modernos (Modern Skies Coalition), que ha solicitado una inversión significativa en un nuevo sistema de control de tránsito aéreo (ATC). Gracias al liderazgo del secretario de Transporte, Sean Duffy, y al apoyo bipartidista en el Capitolio, el Congreso asignó 12.500 millones de dólares como anticipo para la modernización del ATC en un proyecto de ley de presupuesto aprobado por los legisladores en julio», dice la NBAA. Traducido para quien no está en tema, se podría decir que la línea de acción de algunas de las organizaciones más poderosas de la aviación civil norteamericana es pujar por un sistema que se financie a partir de los impuestos que pagan todos los ciudadanos, utilicen o no la infraestructura aeronáutica.

«Algunas voces han visto en el reciente cierre del gobierno una oportunidad para retomar propuestas para que Estados Unidos imite modelos de privatización defectuosos de otros países. El concepto ha encontrado oposición por parte de numerosos grupos de aviación, organizaciones de izquierda y derecha, funcionarios electos a nivel federal y local, entre otros. Los sistemas de control de tránsito aéreo privatizados en otros países se han visto afectados por la inestabilidad financiera, las interrupciones tecnológicas, los retrasos en los vuelos, los problemas de seguridad, la escasez de personal, la baja moral, la falta de transparencia en la gestión y otros inconvenientes», dice la web que agrupa a la aviación de negocios. Desde ya que no abunda en datos sobre el deterioro que denuncia y oculta por completo que el sistema estadounidense ha mostrado fallas graves y crecientes en los últimos años, generando cancelaciones monumentales y hasta fallando en el sistema NOTAM, entre decenas de problemas operacionales más.

Luego llega el ataque directo a NAV CANADA. «Un ejemplo notable es el de NavCanada, la empresa privatizada de control de tránsito aéreo de Canadá, que ha experimentado un drástico descenso en una auditoría de seguridad realizada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el organismo rector de la aviación mundial (el mismo que tan bien ha calificado al sistema argentino). Concretamente, Canadá obtuvo una calificación del 65,1 % (en realidad 69,23 %), una disminución significativa con respecto a la última auditoría realizada en 2005, cuando Canadá figuraba entre los 10 países con mejor desempeño». Lo que omite la NBAA es que, si bien Estados Unidos es –¿fue?– considerado el sistema más eficaz del mundo, está probado sin lugar a dudas que es el más INEFICIENTE del planeta en la relación costo-beneficio, y es ahí donde realmente radica el problema de ANS estatal estadounidense.

El esfuerzo por evitar que los Estados Unidos vaya a un sistema más eficiente y justo es realmente notable y digno de mejor causa. Que de las entrañas mismas de la actividad privada se opere para que el Estado —en este caso, una nación cuya deuda aumenta en US$ 63.662,00 por segundo*, y que además ha sufrido el cierre administrativo más largo de su historia— sufrague un sistema que puede y debe funcionar privadamente, es lisa y llanamente inadmisible.

El peligro en ciernes

El juego que hacen estas organizaciones es muy peligroso, ya que en este mismo tiempo se levantan voces desde los políticos y activistas de izquierda que están apelando al resentimiento de las masas para atacar a la aviación privada; por ejemplo, la candidata a gobernadora por California (y exrepresentante de EE. UU.), Katie Porter, instó hace unos días, durante el shutdown de la administración, al presidente Donald Trump para que cancele los vuelos en jets privados en lugar de los vuelos comerciales que utilizan los viajeros habituales.

Además, en los Estados Unidos (y en Europa también), la aviación Parte 91 y 135 está bajo la lupa de muchos grupos socialistas que, ya sea por cuestiones ambientalistas y/o económicas, buscan restricciones a la aviación de negocios. Según los datos relevados en los Estados Unidos por ARGUS TRAQPak, en 2024 hubo 3,09 millones de segmentos de jets privados, lo que significa que se realizaron unos 8.450 vuelos diarios durante todo el año. Estas cifras muestran por un lado la importancia de la industria aérea, pero también son fácilmente manipulables para quien quiere hacer política populista con ellas.

Por eso es más sabio buscar que el sistema sobreviva a cargar sobre los llamados “contribuyentes” el costo que debería pagar todo aquel que hace uso de él. Se dirá que cada norteamericano se beneficia de la actividad aérea, y es muy cierto, ya que de la aviación depende gran parte de la logística imprescindible para las familias norteamericanas; sin embargo, la regla más clara en un sistema de economía de mercado es que cada uno pague por lo que consume, lo cual puede tener la forma de un ticket para un viaje de trabajo o turismo, o estar incluido en el precio final de un producto que se compra online o en la farmacia del centro comercial. Si los costos siguen prorrateándose indiscriminadamente, aparecerán paladines con discursos engañosos en defensa de los más pobres, que aprovechen la oportunidad para poner todo en una misma bolsa y ganar adhesiones en base al resentimiento. Si desde la misma industria se les dan los argumentos sin medir las consecuencias, toda la aviación estará en problemas.

* Dato Comité Económico Conjunto de los EE. UU.

 

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1 comentario
  1. Eduardo Luis Aprea dice

    Es bien conocido que todas las empresas privadas de de EE.UU., están administradas por ciudadanos estadounidenses, y privatizar los ANS y con ellos los ATC, significaría que los servicios estarían funcionando y administrados por empresas privadas y reguladas por la autoridad de aviación civil, una formula perfecta, por caso, tenemos a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio N.A.S.A. donde empresas privadas tienen un desempeño cualitativo y eficiente en una empresa del Estado, sin buscar demasiado, lo tenemos al multimillonario Elon Musk, que es un importante socio comercial de aquel Organismo, con sus proyectos que llegaron a competir con la N.A.S.A. ahora es un socio , no solo comercial, si no un importante abastecedor de tecnología.

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