A fin de octubre, la aerolínea Iberia recibió, en Amsterdam, Holanda, el premio a la Mejor Transformación de una Línea Aérea en 2016, durante una ceremonia del Centre for Aviation (CAPA), una empresa que brinda información y análisis de datos al sector aeronáutico.
El premio considera el enorme esfuerzo de transformación de una aerolínea que en 2012 perdía 1,7 millones de euros por día y en 2014 comenzó a contabilizar los primeros beneficios operativos para, un año después, elevar su rentabilidad en más de un 5{85a4615a806cefb2dddfb0dcbfd9bf5df1b58e8529622455c8f10f6f6ff0f7ce}.
En la entrega del premio, Peter Harbison, presidente de CAPA, dijo: “La transformación de Iberia en un mercado con tantos desafíos como el español ha sido extraordinaria. Iberia ha conseguido mejoras de productividad muy importantes, algo que es un logro en Europa […] Estratégicamente, la creación y el crecimiento de Iberia Express han demostrado que es posible que las compañías aéreas tradicionales europeas pueden combinar una base de costos de líneas aéreas de bajo coste con una marca que ofrece un servicio completo”.
El titular de IAG (International Airlines Group). Antonio Vázquez dijo que la transformación de Iberia ha sido “maravillosa” y puede decirse que hasta ahora “es un caso absolutamente único, sin que haya ni precedente ni parangón en la industria a nivel mundial”.
El galardón, otorgado por la Fundación Independiente, recae por primera vez en una empresa y lo hace por la contribución de Iberia “a difundir la imagen de nuestro país en todo el mundo”.
En declaraciones del subsecretario de Fomento de España, Mario Garcés, dijo que en los últimos años tanto Iberia como Aena, el gestor aeroportuario, han mostrado ser “dos ejemplos de entidades públicas y privadas que han sabido dar vuelta a sus cuentas de resultados y poner en valor el esfuerzo diario de todos sus trabajadores”.
Sin dudas que el proceso de Iberia no ha sido ni fácil ni indoloro ya que la compañía ha pasado de 23.000 empleados a 15.000 y probablemente se estabilice en los 8.000 para ajustarse a lo que realmente necesita. Pero así como se redujo la cantidad de trabajadores, se espera un crecimiento sano que permita contrataciones futuras sobre bases sólidas.
España sufrió la quiebra de aerolíneas de cierta dimensión en los últimos años a saber: Air Madrid (2006), Air Comet (2010) y Spanair (2012). Las razones de la caída de esas compañías son distintas, pero ninguna escapa a la gran crisis que vive el país desde 2008. Por eso resulta difícil disociar las medidas que se tomaron con la necesidad de ellas.
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