
Luego de su extraordinario vuelo de 5 días (casi 118 horas continuas) sobre el Pacífico, el avión que vuela gracias a la renovable energía del sol, deberá quedarse en tierra por una semanas hasta que se repare el daño de sus baterías por sobrecalentamiento.
El aumento y persistencia de la temperatura de las baterías durante el ascenso en Nagoya y el continuo uso en carga y descarga durante el prolongado vuelo a Hawai fue la causa de su deterioro a pesar de haber sido cuidadosamente monitoreadas durante esta “pierna” de la misión.
En este momento, el equipo de ingenieros está estudiando el problema para lograr una refrigeración más eficiente y una optimización de los ciclos de carga y descarga. La demora para el reemplazo de los componentes para que la aeronave pueda continuar con la travesía hacia continente americano será de unos 20 días.
El desafío que el programa Solar Impulse asumió al proponerse dar la vuelta al mundo, incluía el acumular experiencia con esta nueva tecnología que busca concientizar sobre las ventajas de utilizar energías renovables, por lo que la situación que se ha planteado es parte de esa búsqueda de respuestas y aprendizaje.
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